El hombre del tren

Milan acaba de llegar a la ciudad. Es un hombre con aire de desencanto y con una bolsa desgastada por los continuos viajes. En la farmacia, topa con Manesquier, un profesor de lengua jubilado. Aunque son dos caracteres del todo opuestos, pronto simpatizan. Y es que cada uno siente profunda admiración por el otro, y les hubiera gustado llevar vidas intercambiadas.

“El hombre del tren” es la historia de una amistad circunstancial, llena de poesía, nostalgia y emociones. Además, también habla de los sueños frustrados, de los anhelos imposibles y de la necesidad de los héroes. Y es que el filme podría compararse a un western crepuscular, ya que los dos personajes son como dos pistoleros, dos viejos héroes ya desencantados. Se trata de dos caracteres muy dispares interpretados también por dos actores bien diferentes: el viejo rockero Johnny Hallyday y Jean Rochefort, en su séptima colaboración con el director Patrice Leconte. El realizador francés, demostró de nuevo su habilidad para contar pequeñas historias muy cercanas al espectador, tal y como hizo en “Monsieur Hire” o “El marido de la peluquera”.