El triste fin del barco pirata de 'Los Goonies'

Inspirado por las leyendas que circulaban en la costa de Oregón sobre un antiguo naufragio, Steven Spielberg concibió la famosa película de ‘ Los Goonies ’, que dirigió el fallecido Richard Donner y se estrenó en 1985, convirtiéndose en una de las favoritas de la generación X. 

Narraba las aventuras de una pandilla de chicos en Astoria, Oregón, que ante la amenaza de que un empresario expropiara los terrenos donde se levantaban sus casas y la falta de dinero de las familias para evitarlo, se lanzaban en busca del tesoro perdido de Willy el Tuerto, ayudados con un antiguo mapa y con la malvada familia Fratelli pisándoles los talones.

Javier Noriega contaba en el blog ‘Espejo de Navegantes’ hace unos años que el rodaje de ‘Los Goonies’ comenzó el 22 de octubre de 1984 y duró cinco meses. Y que la nave del “tuerto”, era una réplica en tamaño real de un barco pirata creado bajo la dirección del diseñador de producción J. Michael Riva. "Sobran los comentarios sobre su cualquier remoto parecido con la realidad. Los productores de efectos especiales de algunas películas buscan una visualidad efectista que horrorizaría a cualquier historiador, arqueólogo o especialista en arquitectura naval", añadía el experto. 

Se dice que para evitar que los jóvenes protagonistas de la película se saltasen el guión, se les ocultó la existencia del barco pirata hasta el rodaje de la escena en la que aparece, para captar con realismo sus expresiones de sorpresa. Y la estrategia funcionó demasiado bien. Asombrado al ver el barco, Josh Brolin saltó un improperio ("Holy shit!") y hubo que repetir la toma.

Al terminar el rodaje, se trató de vender el barco, pero ante la falta de compradores fue finalmente destruido.

Los arqueólogos han descubierto recientemente que el legendario barco que zozobró en aquellos parajes de Oregón era un galeón de Manila desaparecido en el siglo XVII, el Santo Cristo de Burgos. Si finalmente Spielberg se embarcara en 'Los Goonies 2', como se ha venido diciendo en los últimos años, tendría la oportunidad de dar a este galeón español su lugar en el cine y de refutar esa imagen de hispanofóbico que algunos le atribuyen después de elegir para el barco negrero de 'Amistad' la nacionalidad española, cuando no fue España el país que más se distinguió como esclavista precisamente.