Resistencia

La desconocida historia del mimo que luchó contra los nazis y le salvó la vida a cientos de niños judíos

Eisenberg interpreta en «Resistencia» (Movistar+) a este héroe que imitaba a Chaplin y ayudó a cientos de huérfanos a cruzar la frontera entre la Francia ocupada y Suiza

Jesse Eisenberg interpreta a Marcel Marceau, el mimo que salvó a cientos de judíos del horror nazi Vértigo Films
Lucía M. Cabanelas

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Marcel Marceau era fan de Charles Chaplin y, como él, se burló de los nazis. No lo hizo en pantalla, como el actor, sino arriesgando su vida para salvar la de cientos de niños judíos que pretendían escapar de su tiranía.

La heroica aventura de este mimo, condecorado con la Legión de honor francesa, se relata en «Resistencia» , un drama biográfico dirigido por Jonathan Jakubowicz que Movistar+ estrena este viernes.

Con tirantes y juegos de manos, a veces incluso un bigote hitleriano en el bolsillo, puso risas a un periodo oscuro de la historia, presentó batalla a las torturas nazis con carcajadas y, sobre todo, se ganó la empatía de cientos de huérfanos judíos durante su periplo en la resistencia francesa, desde la que presentó batalla cuando tocó, aunque lo suyo era más la mimética que las armas.

Menos letales que las del Tercer Reich, las armas de Marceau (originalmente Mangel, interpretado por Jesse Eisenberg) fueron mucho más útiles. Su capacidad gestual y su habilidad para comunicarse en silencio le sirvieron para instruir a los pequeños y facilitar su salvoconducto de manera clandestina, sorteando todo tipo de peligros al trasladarlos desde la Francia ocupada hasta Suiza .

Con una mueca de su mano, el que terminó siendo uno de los mimos más famosos del mundo sería capaz de evocar cualquier tipo de emoción, con la otra sostuvo la mano de cientos de niños en su arriesgado periplo. En cierta manera, debía sentirse identificado con esos huérfanos a los que salvaba del infierno, toda vez que, después de que la Gestapo detuviese a su padre, carnicero de profesión, y lo deportara al campo de concentración de Auschwitz, donde murió.

Junto a su hermano Alain, y antes de estudiar en el teatro de Sarah Bernhardt de París, se alistó a la conocida como resistencia francesa.

Charlot volvió a cruzarse en su camino cuando Marcel Marceu creó a Bip, su álter ego, ideado en 1947 a imagen y semenjanza del maltrecho personaje del vagabundo de Charlot. Sin bastón pero con un jersey a rayas –y un desgastado sombrero de copa con una flor, que representaba la fragilidad de la vida, pero que no aparecen en la película, cuando el general Patton (Ed Harris) se lo presenta a las tropas–, sus pantomimas conmocionaron al mundo .

En sus actuaciones expresaba millones de emociones, pero nunca hablaba . Tan solo lo hizo en una ocasión, curiosamente en la película muda «La última locura de Mel Brooks» (1976), donde su personaje decía: «¡No!». Una paradoja sobre su vida, en la que siempre dijo sí, porque todo era posible si se intentaba.

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