Quién fue Martha Mitchell, la mujer que denunció el Watergate y fue secuestrada por los hombres de Nixon

Julia Roberts da vida a la olvidada Martha Mitchell en ‘Gaslit’ (Starzplay), la historia de la desconocida que ayudó a tumbar a Richard Nixon

'The First Lady': El ala oeste de la cama (en la Casa Blanca)

Julia Roberts es Martha Mitchell en 'Gaslit'

María Estévez

Martha Mitchell es uno de los personajes más desconocidos del escándalo Watergate , pero no por ello el menos importante. Era el prototipo de «buena americana»: gozaba de prestigio social, siempre como reina de las mejores fiestas de Arkansas, y en sus círculos la conocían como La voz del sur. Su matrimonio con el asesor de Nixon, John Mitchell , le abrió tantas puertas como le cerró su naturaleza franca. Pero ni su cercanía al presidente ni la lealtad a su marido le impidieron cerrar los ojos ante lo que vivió. Por eso, cuando denunció el escándalo, el entorno del presidente se revolvió:la amordazaron, la drogaron, la mantuvieron como rehén y, finalmente, la presentaron en el juicio como una mujer desquiciada con un problema de alcoholismo que no sabía de lo que estaba hablando. Y, pese a todo, fue pieza clave en la caída de Richard Nixon.

La historia comienza el 17 de junio de 1972, cuando cinco personas fueron arrestadas por irrumpir en la sede del Comité Nacional Demócrata en el edificio Watergate de Washington. Mitchell y docenas de legisladores y políticos vivían en este elegante complejo a pocos metros de la Casa Blanca. Los investigadores descubrieron que los cinco ladrones estaban conectados con la campaña de reelección de Nixon, dirigida por John Mitchell, y que el presidente estaba al tanto de lo ocurrido hasta el punto que trató de encubrir la investigación. El mundo se enteró de lo ocurrido gracias a dos periodistas, Bob Woodward y Carl Bernstein. Esa investigación se contó en la cinta ‘Todos los hombres del presidente’, pero ahora el presente de Hollywood mira a las mujeres y por eso pone el foco en la desconocida Martha Mitchell.

Secuestrada

Mitchell comenzó a sospechar de la posible participación de su esposo una semana después del allanamiento e intentó alertar a los medios. Pero John Mitchell ordenó a su equipo de seguridad que le impidiera comunicarse con la prensa. Aún así, Martha logró hablar con la corresponsal de la agencia UPI en la Casa Blanca, Helen Thomas , una de sus periodistas favoritas.

Desde ese momento, la relación entre John y Martha, inicialmente amorosa, se va volviendo cada vez más volátil como una versión política de ‘ ¿Quién teme a Virginia Woolf? ’. Con Martha frecuentemente provocando escenas en público, John se convierte en el chivo expiatorio de Nixon, que arremete contra Martha de manera cruel. Ella, una celebridad por derecho propio, no quería verse involucrada en el escándalo, pero a su marido le preocupaba que su esposa pudiera traicionar a la administración Nixon . Finalmente, Martha acabó retenida en un hotel, sedada a la fuerza en un intento de evitar que hablara. En 1975, un asesor de su marido declaró que Martha había sido «básicamente secuestrada» .

Para narrar esta terrible historia, ‘Gaslit’ (ya disponible en StarzPlay) cuenta con dos bazas insuperables:Julia Roberts y Sean Penn. Con su acento sureño y a la moda de la época, la protagonista de ‘Pretty Woman’ regala una actuación tan devastadoramente efectiva como trágica. Penn, a su lado, desaparece bajo las prótesis destilando ira controlada. Juntos forman una pareja tan salvaje como la real, capaz de lanzar una mirada nueva a un caso tan contado como el Watergate.

Sean Penn, irreconocible en 'Gaslit'

Las aventuras de Sean Penn

Julia Roberts, de 54 años, ha asegurado que fue su empeño en trabajar junto a Sean Penn lo terminó por convencer al actor para participar en este proyecto. «Somos viejos amigos, de cuando mi marido trabajó con él en el 'Día de la bandera' y, la verdad, llevo años esperando mi oportunidad. Pensé que sería un papel perfecto para Sean, porque es uno de los mejores cuando se trata de habitar un personaje», dijo la actriz a la revista People.

Sean Penn, obsesionado con el trabajo, tras rodar 'Gaslit' fue a rodar un documental a Ucrania. Y ni siquiera el ataque de Rusia impidió que interrumpiera la grabación. « Nos dijeron que nos fuéramos porque estábamos poniendo en riesgo a mucha gente . Si los diplomáticos estadounidenses habían sido sacados de Kiev, nosotros también debíamos irnos», explicó Penn, que finalmente se tuvo que marchar del país.

Sin duda, Penn tiene el peculiar hábito de aparecer en los lugares más insospechados con su cámara a cuestas: entrevistando al Chapo Guzmán en mitad de la selva mexicana, filmando en la guerra de Ucrania, bebiendo con dictadores en Venezuela y Cuba, vacunando a sin techo en Los Ángeles o ayudando tras un terremoto a los damnificados en Haití.

En su deseo de desterrar sinsabores a la humanidad, Penn parece elegir ser un activista rebelde y utilizar su poder en Hollywood para iluminar situaciones que él considera necesarias. Durante su conversación en el panel de Fox, el actor explicó que se había reunido con el presidente ucraniano Zelensky antes del ataque de Rusia y detalló cómo fue testigo de la marcada diferencia en el país después de la guerra. «Nos reunimos con un hombre con traje y al día siguiente los rusos invadieron. Volvimos. Estuvimos con el presidente Zelensky vestido de militar y el mundo había cambiado», dijo la estrella de 'Gaslit'. A su regreso a los EE. UU., Penn amenazó con destruir sus Oscar si Zelensky no era invitado a los Premios de la Academia . Aunque Zelenski no salió y sus Oscar siguen sin ser fundidos.

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