Philippe Le Guay: «Los negacionistas se ven a sí mismos como unas víctimas»
El director francés aborda el antisemitismo en 'El hombre del sótano', un thriller protagonizado por François Cluzet
Philippe Le Guay (París, Francia, 1956) cuenta con una larga trayectoria como guionista y director que incluye títulos como 'Las chicas de la 6ª planta' (por la que Carmen Maura se hizo con el César), 'Molière en bicicleta' o la más reciente 'Normandía al desnudo' . Su última propuesta es 'El hombre del sótano' (en cines el 18 de marzo), un thriller psicológico en el que Le Guay aborda una increíble historia real: una familia de origen judío vende su sótano a un hombre que resulta ser un negacionista del Holocausto nazi y que planea convertir ese lúgubre habitáculo en su nuevo hogar. 'El hombre del sótano' cuenta en su reparto con François Cluzet ('Intocable'), Jérémie Renier ('El amante doble') y la nominada al Oscar Bérénice Bejo ('The Artist').
- Esta historia puede parecer inverosímil pero sucedió realmente a una pareja que conoces…
- Sí. La película no tiene muchas diferencias con la realidad. La pareja vendió su sótano a un hombre que resultó ser neonazi y que escribía textos antisemitas en Internet. La situación era tan loca que, poco a poco, fue destruyendo a la familia, que tuvo que vivir una pesadilla de tres años. Nunca me había planteado hacer una película sobre el antisemitismo pero quise contar esta situación tan increíble que es realista pero también un poco fantástica, porque el sótano es un lugar que asociamos a las pesadillas, a la ambigüedad y a los sentimientos que tenemos soterrados.
- Durante el proceso de preparación de la película, ¿tuviste la oportunidad de hablar con algún negacionista del Holocausto?
- No quiero hablar con ninguno porque, además, creo que es imposible. Cada vez que hay una confrontación entre historiadores y negacionistas, ellos acaban ganando porque no están interesados en la verdad histórica, la falsifican. Lo que hice fue trabajar con una historiadora que ha escrito dos libros apasionantes sobre la historia del negacionismo y que hizo una biografía del más famoso negacionista francés: Robert Faurisson . Gracias a su colaboración, fui construyendo poco a poco el personaje.
- Aquí vemos a François Cluzet en un papel de villano, algo que no ha sido muy habitual en su carrera. ¿Qué te hizo pensar que él era el actor idóneo para este papel?
- Al principio, nunca pensé en él para el papel. Pensaba en actores que fueran más bizarros, que resultaran inquietantes y amenazantes, al estilo de Peter Lorre en 'M. El vampiro de Düsseldorf' . Pero, poco a poco, pensé que sería más interesante escoger a alguien con una apariencia más corriente, que pudiera ser tu amigo o tu vecino. Trabajé con Cluzet en mi anterior película, donde hacía un personaje completamente opuesto a este. Quedé con él en un restaurante y cuando le vi llegar, con el mismo pelo largo que lleva en la película, le propuse el papel. Además, es un actor que resulta simpático para el público, y eso aporta más ambigüedad y más misterio.
- La película propone una mezcla de drama y thriller pero también tiene algunos apuntes de comedia. ¿Cómo consiguió manejar esta variedad de géneros sin que la historia perdiera verosimilitud?
- La vida es una mezcla de géneros. Incluso en los momentos más dramáticos, hay algo de humor. Me gustan las películas que mezclan géneros porque las encuentro más cercanas a la vida. En 'El hombre del sótano', el thriller es una referencia clara para mí. A través de la música, la fotografía, el ambiente... quiero poner al espectador en un momento de duda y angustia, que es lo que inspira el sótano.
- Hay mucho de Hitchcok en la película…
- Siempre pienso en Hitchcock. Es una referencia muy importante para mí no solo por cómo trata el terror y el suspense sino también porque tiene el sentimiento de miedo dentro de su visión del mundo. Hay otra película que me gusta mucho que tiene similitudes con la mía que es 'El cabo del miedo', de Martin Scorsese , que también es un enfrentamiento entre una familia y un intruso que altera su tranquilidad.
- Otorgas mucha importancia al personaje de la hija (Victoria Eber. ¿Qué papel juega en la historia?
- La hija para mí es casi un personaje principal porque es el reto dramático. El hombre del sótano tiene una influencia perversa sobre ella. Creo que las jóvenes generaciones que no conocen la historia del Holocausto son muy permeables a las ideas falsas. Al principio está muy cerca de los padres pero, poco a poco, va viendo a sus padres como enemigos.
- Esta película se puede entender como la respuesta francesa a 'Parásitos'...
- Me gusta mucho esa película pero considero que va más sobre la lucha de clases. Viene a decir que siempre alguien más abajo que tú. Hay una familia rica y una pobre pero luego hay otra persona que vive en un sótano en una situación aún más terrible y miserable que la familia pobre. Hay un tema similar entre esa película y la mía: el surgimiento de violencia. En el momento en el que surge la violencia, todo se hace pedazos.
- ¿A través del personaje de Fonzic (François Cluzet), querías hacer también una crítica a los falsos profetas de Internet?
- Absolutamente. Ahora Internet es el sótano donde se expresan todas las ideas falsas, donde hay impunidad y donde se puede escribir cualquier idea monstruosa e ilógica. Es muy peligroso que la palabra de una persona que no tiene estudios tenga la misma influencia que la de un profesor que ha ganado el Nobel. La Ley dice que todos los individuos son iguales... pero las palabras no lo son.
- ¿Representa Fonzic también a los negacionistas del Covid?
- Sí. El negacionismo es una manera de ver el mundo y de ver la verdad. Los conspiradores que cuestionan cualquier manera de pensar desvían la verdad. Por ejemplo, aquellos que dicen que la vacuna es peligrosa. Espero que esta película sirva para sacar a la luz a esas personas que, además de ser negacionistas, se ven a sí mismo como unas víctimas.
'El hombre del sótano' llega a los cines españoles el 18 de marzo.
Noticias relacionadas
