M. Night Shyamalan: «No necesité nada más que el rostro de McAvoy»

«Múltiple» rescata una de las patologías más recurrentes del cine y la literatura

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después de casi quince años, M. Night Shyamalan vuelve a hacer un thriller formal, de los clásicos. En «Múltiple», el director de películas como «El sexto sentido» o «La visita» vuelve a hacer pensar a su público. «El Trastorno de Identidad Disociativo (TID) me ha fascinado desde que en la universidad hice un curso de Introducción a la Psicología donde vimos cómo el cine trataba este tipo de patologías», cuenta Night Shyamalan. «Es un desorden real, que afecta a un 2% de la población», añade.

Para hacerlo más accesible, el director prefiere explicarlo así: «Cuando vamos conduciendo tomamos cientos de decisiones sin ser conscientes porque estamos pensando en las facturas, en la pelea que acabamos de tener con nuestra novia...

Disociamos nuestras funciones. Estos individuos hacen lo mismo pero a un nivel increíble porque su cerebro ha evolucionado como para hacerlo. Es su forma de sobrevivir a circunstancias abominables».

Lo complicado de «Múltiple» no radica en su trama, Night Shyamalan lo lleva también a la forma de relatarla. «El personaje lo creé hace quince años y quería que tuviera ese toque. Quería hacer un thriller adulto y serio en el modo clásico, sin muchos cortes», reflexiona. «Le he dado un toque con mi amor por el humor negro. Eso sí, buscando el toque apropiado», agrega. Un ejemplo de este peculiar sentido del humor llega con la irrupción de Patricia en la película. «Rodamos esa escena como veinte veces, y cada una de una forma distinta, hasta que sentimos ese cosquilleo que produce al verla, ese pensamiento de “esto no es lo que esperaba ver”», confiesa.

«Fue todo un reto interpretar a tantos personajes que comparten un mismo cuerpo», confiesa James McAvoy, encargado de dar vida a las 24 identidades que habitan dentro de Kevin. «Hacer el cambio entre personajes, incluso separando a cada uno de ellos en los distintos días de rodaje –que es como lo intentábamos hacer la mayoría de las veces–, suponía tener una gran técnica», añade. McAvoy se aseguró de que una identidad no recordara a la otra en ningún aspecto ya que sabía que, a diferencia del rodaje, solo les separarían unos segundos. «Traté de separarlos todo lo posible», reflexiona.

[¿Es posible tener 23 identidades en un mismo cuerpo?]

La diferenciación entre los distintos personajes viene acompañada de un simple cambio de vestuario, seleccionado por Paco Delgado, diseñador nominado a un Oscar por su trabajo en «La chica danesa» y que también ha participado en películas como «Blancanieves» o «Los miserables». «Al principio pensé en hacer cambios de ropa, maquillaje y todo lo que se suele utilizar para diferenciar personajes interpretados por la misma persona. Hasta que vi a James (McAvoy) practicando el texto. Ahí vi que cuando él piensa algo, le viene directamente a la cara. No necesitaba nada más», dice Night Shyamalan.

Un detalle sutil que el director incorporó para diferenciarlas. Mientras que con Patricia destaca el rojo, con Kevin todo tira hacia el azul: «El lugar es siempre el mismo, pero necesitaba diferenciar el ambiente». Al lado de James McAvoy está Anya Taylor Joy. «El mayor reto que me proponía la película lo descubrí al leer por primera vez el guión. Casey no habla apenas. Así que tendría que comunicar solo con mi cara y mis ojos», relata. «No quería ser un personaje plano al lado del multipersonaje que interpreta James. Necesitaba poder darle tanto como él me iba a dar a mí».

Su sentido de la vida

«Luché conmigo mismo para no escribir sobre sesiones de terapia, pero, tras incluirlas en dos películas, me di cuenta de que me encanta hablar sobre esto», confiesa el director. Pero no fue lo único con lo que se sinceró. «Durante la charla con Dennis, la doctora Fletcher le asegura que tienen que seguir unidos porque están haciendo lo que ellos sienten. Parece irónico porque podemos decir que ella creó a la Bestia hablándole de esta forma, por ponerla en su cabeza», asegura. Pero ¿qué nos quiere hacer ver con esto?: «La humanidad tiene una idea determinada de cómo debemos vivir. Creemos que hay una forma establecida y que, si sufrimos, es que estamos haciendo algo mal. Pero hay muchos ejemplos en la vida que nos enseñan que no es así. Tenemos que superar aquello que nos hace sufrir y afrontar el cambio que nos va a aportar a nuestra personalidad», concluye.

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