Muere la actriz y cantante Catherine Spaak, mito erótico francés que sedujo al cine italiano

Fue la chica de moda de los 60 y protagonizó películas como 'La escapada' y 'Si hoy es martes, esto es Bélgica'

Catherine Spaak, en la película de 1964 'Fin de semana en Dunkerque'
Federico Marín Bellón

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Catherine Spaak no tuvo una vida normal. Fue actriz, cantante, bailarina y presentadora de televisión, criada entre artistas y políticos. Su tío Paul-Henri Spaak fue primer ministro de Bélgica y uno de los impulsores del Benelux. Se casó cuatro veces y, pese a nacer en Francia de una familia belga, triunfó en el cine italiano, con alguna escapada en el español. Entre sus películas destacan precisamente 'La escapada' (1962), 'El tedio' (1963), 'Si hoy es martes, esto es Bélgica' y 'El gato de 9 colas' (1971). Murió este domingo en Roma, a los 77 años , víctima de una hemorragia cerebral, según informó la RAI.

Spaak fue uno de los rostros más bellos de la comedia italiana y, según algún estudio, su nombre era «sinónimo de escándalo» en los primeros años sesenta. Su último divorcio se produjo hace dos años y en 2015 participó en la versión italiana de 'La isla de los famosos' , que abandonó enseguida alegando que no quería arriesgar su vida. Antes había tomado parte en 'Bailando con las estrellas', pero su programa televisivo más recordado es 'Harem' (Harén), un programa de entrevistas femeninas que presentó en RAI 3 con gran éxito, entre 1988 y 2002, al que las políticas se peleaban por acudir. Según desvela el diario 'La Repubblica' , Spaak había ido «varias veces a la RAI para proponerles una reposición de 'Harem'», pero le dijeron «con toda franqueza» que era «demasiado vieja».

Su vida privada fue agitada. Basta un ejemplo antes de hablar de sus películas, que es lo que verdaderamente importa. En mitad de su primera separación, con el también actor Fabrizio Capucci , fue detenida en la frontera cuando pretendía abandonar el país con su hija Sabrina , de siete meses. Su matrimonio, al que solo habían asistido su hermana Agnes y Vittorio Gassman , supuso la ruptura con sus padres, cuando ella solo tenía 18 años.

La influencia de Spaak en los años 60 va más allá del cine. De sus casi 90 películas , más de un tercio las rodó en esa década, en la que trabajó con los más grandes. Era la chica de moda, que también grababa discos y acaparaba portadas en las revistas. En los 70 empezó incluso a escribir colaboraciones periodísticas en medios como 'Il Corriere della Sera' y 'Marie Claire'.

Otra cosa son los premios y su valoración por parte de los críticos, deslumbrados por su belleza. Al menos ganó un David di Donatello por su actuación en 'El tedio', adaptación de una novela de Alberto Moravia dirigida por Damiano Damiani , en la que se dice que solo cruzó un 'hola' con Bette Davis en el tiempo que duró el rodaje. Su personaje, una modelo de moral discutible, jovencita deseada por hombres mayores que ella, se convierte casi en un tópico.

Su filmografía es abrumadora, en cualquier caso. Encadena títulos como 'Dulces engaños', de Alberto Lattuada ; 'La escapada' ('Il sorpasso'), de Dino Risi ; 'La chica de Parma', de Antonio Pietrangeli ; 'La mentirosa', de Luigi Comencini , y 'Fin de semana en Dunkerque', de Henri Verneuil , al lado de Belmondo . Por supuesto, también aparece por allí Roger Vadim , siempre a la caza de jóvenes hermosas, y la dirige en 'Juegos de amor a la francesa'.

Otros cineastas que contaron con ella fueron Mauro Bolognini , Mario Monicelli (en la notable 'La armada Brancaleone'), Franco Rossi , el estadounidense Richard Quine y el gran Marco Ferreri , entre muchos otros. Mario Camus la dirigió en 'Los pájaros de Baden-Baden' , en 1974, en la que aparece un jovencísimo Carlos Larrañaga .

Su última película fue 'La vacanza' (2019), dirigida por Enrico Iannaccone . En esa misma década, destaca su participación en 'Un medico in famiglia' , versión italiana de la popular serie española 'Médico de familia'.

El ministro de Cultura italiano, Dario Franceschini , escribió una nota de despedida: «Se va una artista polifacética, culta y elegante que encontró en nuestro país un hogar que la acogió y la amó». Su elegancia es una de las virtudes más repetidas, ahora que Spaak nos ha dejado. Como a tantos intérpretes atractivos, hombres y mujeres, tuvo que envejecer para ser valorada por algo más que por su belleza. Es curioso también que fuera en la televisión donde terminó de asentar su prestigio, después de haber trabajado en tantas películas importantes.

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