«Los Increíbles 2»: Superhéroes frente a un común villano llamado conciliación

La secuela más esperada de los superhéroes de Pixar y primera película de los estudios sin Lasseter llega a la gran pantalla con varios matices feministas

Elastigirl, en una secuencia de «Los Increíbles 2» PIXAR | Vídeo: Vea el trailer de «Los Increíbles 2»
Fernando Muñoz

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Dice Brad Bird, director de «Los Increíbles 2» , que su película no es para niños: «No se ha creado pensando en ellos o para ellos. Son bienvenidos, sí, pero no está diseñada para niños». Y lo dice con el ahínco de quien quiere salir del encasillamiento que supone imaginar que un filme de animación solo tiene como destinatarios a los más pequeños. Claro que detrás de él, durante la entrevista con ABC, están los productores, los que se juegan el dinero y no solo el prestigio, que apostillan: «Si tienes hijos, empatizarás con las dificultades de ser padre; si eres un adolescente con inseguridades, tenemos un superhéroe para ti; si tienes diez años y mucha energía, hay también un "Increíble" para ti. O si has intentado dormir a un bebé, esta es tu película, sobre todo si tu hijo tiene 20 poderes y se pelea con mapaches». En definitiva, lo que Pixar ha mantenido en estos últimos 20 años, que sea el niño el que arrastre a los padres al cine y que, dos horas después, los adultos hayan disfrutado más que los propios críos.

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A ese saber hacer de Pixar, que le ha valido quince Oscar y recaudaciones millonarias, se suma una suerte de capacidad de aventurar por dónde irá la actualidad del futuro. Si «Coco» y su colorida alabanza de la cultura mexicana llegó en plena presidencia de Donald Trump –y la Academia de Hollywood se lo premió con dos estatuillas–, «Los Increíbles 2» se estrena meses después de la lucha del #MeToo. Pero donde algunos solo quieren ver reivindicación feminista, el director aboga por la defensa de la madre como pilar de esta familia de superhéroes. «Ella es la más importante, se lo merece. Hace 14 años que tengo esta idea en la cabeza. No pensaba en un cambio sociológico ni en lo que quería la gente, solo en que era un buen punto de conflicto para Bob (el padre) y que le iba a fastidiar, por lo que sería muy divertido», explica el cineasta sobre el cambio de «roles» que viven sus protagonistas. Así que mientras la matriarca, Elastigirl, sale a luchar contra el villano de esta segunda entrega, el «Rapta-pantallas», Bob descubre lo duro que es lidiar con las tareas de la casa y tres hijos. «Para mí era muy divertido pensar en esta familia de esa manera. Quería mostrar un lado diferente, la otra faceta de cada uno de los personajes», defiende el director sobre la «mutación» de lo que que era habitual en las historias de cine.

Un argumento que, presume, le tocó vivir en primera persona. «Cuando me dieron la oportunidad de dirigir mi primera película, nació mi hijo. Y me tuve que enfrentar a la posibilidad de ser un buen director y un mal padre o un buen padre y un mal director. Y no quería hacerlo mal en ninguna faceta. Fue un reto ese equilibrio».

Una idea que defiende la productora Nicole Grindle , para quien poner el foco en el supuesto feminismo de la película es una sorpresa. «Es la actualidad lo que ha hecho que se fijen en eso, para mí es normal», asegura, y justifica la visión de la defensa de la conciliación que rezuma en el filme: «Conciliar es difícil para todos, para los superhéroes y para los padres que quieren seguir progresando en su trabajo. Siempre defiendo que el trabajo más difícil que he tenido es el de ser madre», zanja con mueca de orgullo.

Mr. Increíble, Elastigirl y sus tres hijos, Dash, Violeta y el pequeño Jack-Jack, regresan en plena efervescencia de los superhéroes de Hollywood. Una moda tan inabarcable como los universos de Marvel y DC y tan infinita como su recaudación en taquilla. «Yo digo que es como una tomenta, como un ataque con bombas de racimo», ironiza el productor John Walker. Y si la primera película de «Los Increíbles» era una parodia de esas cintas de acción, hoy su «escapatoria» es encontrar un nicho dentro de ese «género». «Hemos tratado de hablar de las dinámicas familiares. Es una película sobre la familia más que sobre los superhéroes. Otras parecen más preocupadas del héroe que de la persona. Ese es nuestro hueco», advierte Brad Bird, el director y guionista de la cinta.

La familia Increíble, como todo héroe, se enfrenta a rivales que son su propio reflejo . «El villano, en ambas películas, es lo último», defiende su creador. «En las dos películas sucede lo mismo: el malo evoluciona pero la familia se mantiene unida».

Cada película de Pixar es un acontecimiento cinematográfico. Algo impensable de no haber sido por John Lasseter, fundador de la compañía y director de clásicos como «Toy Story» (1995), «Bichos, una aventura en miniatura» (1998), «Cars» (2006)... y jefe creativo desde la fusión con Disney hasta su marcha el pasado mes de junio, cuando le acusaron de «comportamientos inapropiados» , una sombra demasiado oscura tras el escándalo de Harvey Weinstein. Así, «Los Increíbles 2» llega como la primera película con Lasseter fuera de Pixar. Y nadie parece echarlo en falta, al menos en público. «Se abre una etapa interesante sin él».

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