Tom Hanks, «el tipo más amable de Hollywood» visita Madrid: «La diversidad es la máxima fuerza de EE.UU.»
El actor presenta en España ‘El peor vecino del mundo’, donde da vida a un cascarrabias que es su antítesis
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Quien se cruzara con Tom Hanks este domingo de camino al Museo del Prado, donde pasó parte del día, le hubiera costado reconocer a la estrella de Hollywood. A sus 66 años, poco hay de esa pompa que suele rodear a las principales figuras. Un perfil bajo, una imagen de ‘tipo normal’ que mantuvo durante las entrevistas de ayer ataviado con una americana de pana que vivió tiempos mejores y una sencilla camisa azul. Así, el que ha sido el actor mejor pagado de Hollywood durante más de una década presentó su última película, ‘El peor vecino del mundo’, donde da vida a un viejo cascarrabias que vive enfadado con el mundo. Un tipo que es, en palabras del director Marc Forster, la antítesis de Tom Hanks , a quien define como «el tipo más amable de Hollywood», y cuando lo hace parece entornar los ojos y recordar alguna de las figuras que ha dirigido, de Billy Bob Thornton en ‘Monster’s Ball’, Johnny Depp en ‘Descubriendo Nunca jamás’, Dustin Hoffman en ‘Más extraño que la ficción’ o Daniel Craig en ‘Quantum of Solace’. «No soy un idiota. Me levanto feliz por la mañana, me gusta lo que hago y considero que he tenido mucha suerte», responde riendo Tom Hanks con su voz profunda, tanto que cuando habla parece que lo hace con la reverberación de quien está sobre las tablas de un teatro.
Precisamente frente a la platea comenzó su carrera un actor con tantos personajes icónicos que solo uno de ellos, al azar, de ‘Atrápame si puedes’ a ‘Náufrago’ o ‘Big’, hubieran sostenido carreras enteras. Pero él tiene media docena por década. Algo insólito. Ahora recuerda, sentado a la mesa de una habitación del Ritz, que cuando empezó a trabajar y Vincent Dowling lo contrató para un recital de Shakespeare le dijeron que no iba a cobrar mucho, pero que a cambio iba a recibir una lección para toda la vida. «Y todavía lo recuerdo –insiste–. Me dio algo que no tenía precio: una experiencia real en el teatro profesional. Aprendí el respeto por el trabajo y el trabajo en equipo. Me enseñó que la labor del actor es llegar puntual, saberse el texto y respetar el trabajo de todos los compañeros», resume el intérprete, que todavía pone en práctica aquella lección. « Si eso es ser amable, la verdad, lo compro ».
Antes de todo eso había entrado en la habitación lamentando la lluvia que lo había recibido en Madrid, donde está acompañado de su mujer, Rita Wilson –con quien lleva casado desde 1988– y de su hijo Truman, que hace de una versión joven del protagonista en la película. Juntos visitaron la pinacoteca madrileña, donde se detuvieron un buen rato ante los cuadros de Goya y en especial en una obra que habitualmente no se destaca, ‘ Los cómicos ambulantes ’, que gustó mucho al actor. También, en la sala del siglo XIX se fijó con especial interés en un busto de Isabel II tallado en mármol con el efecto ‘velado’. Y su mujer se asombró con El Greco, de quién quiso conocer su historia, y quedó entusiasmada con Sorolla y sus ‘ Niños en la playa ’.
Una adaptación europea
Pero no todo fue familia y disfrute. También tuvo que trabajar atendiendo a la prensa durante todo la jornada, incluyendo la visita al plató de ‘El hormiguero’. Lejos de desfallecer, como si fuera un actor del método, se metió en el papel que el director le había otorgado y trató de convencer a todos de que su personaje, Otto, poco se parecía a él. Un guion que le llegó como adaptación de la película sueca ‘Un hombre llamado Ove’, que a su vez parte de un ‘best-seller’ escrito por Fredrik Backman, y en el transita de ser huraño a tipo amable gracias a una visita inesperada de una vecina del sur.
Precisamente sobre la inmigración habló Tom Hanks, quien durante el mandato de Donald Trump se posicionó contra las políticas del expresidente. Porque como todo en Hollywood, aunque la película sea una tierna comedia familiar con mucha carga melodramática, la política se filtra en cada escena, aunque no lo parezca. «Estados Unidos es una tierra de inmigrantes, el 98 por ciento lo somos, todos salvo los nativos americanos», asegura, diciendo que es «ciencia», un hombre cuyos ancestros emigraron de Alemania e Inglaterra y los de su mujer, de Grecia y Bulgaria. «El padre de Rita llegó a EE.UU. huyendo del comunismo», confiesa, para rematar:«Me parece que eso es algo que dice mucho de nuestro país, y ahí reside nuestra fuerza, en la diversidad».
«Hay algo muy poderoso en el hecho de llegar a un país donde todo está basado en la meritocracia, donde si trabajas, si educas bien a tus hijos y si pagas tu impuestos, si eres un buen ciudadano, en definitiva, eres estadounidense independientemente de que hayas nacido aquí o no», asegura Tom Hanks, cuyo personaje tiene algo de ese de Clint Eastwood en ‘Gran Torino’. «En un momento dado se vendió que esta diversidad era mala, cuando yo creo que la diversidad es la máxima fuerza que tenemos en nuestro país», remató.
Forzar la inclusión
Pese a todo, no han faltado las críticas por incluir un personaje transgénero que no aparecía en la novela, donde era homosexual. Pero Tom Hanks se defiende asegurando que el conflicto que se planteaba hace diez años, cuando se escribió el libro, hoy ya está superado. «La verdad es que hay que reconocerlo, no vamos a fingir que no hay un cierto impulso más o menos forzado por incluir a todos los grupos», explica. «Puede parecer más o menos forzado, o tener más o menos sentido, pero todo depende de la mirada de cada uno».
También reconoció que las mujeres de su edad tienen menos oportunidades que los hombres, aunque pasa menos detrás de las cámaras. Y ahí recordó a su mujer, que es productora y compositora, además de intérprete. «Pero de ella no diré la edad que tiene, solo que es la misma que la de su marido», dijo entre risas. Más serio estuvo antes:« Se retrata a los hombres de mi edad casados con mujeres treinta años menores, como si fuese el culmen de la vida acostarte con mujeres treinta años más jóvenes que tú », remató.
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