La guerra entre Verhoeven y Sharon Stone por el cruce de piernas de 'Instinto básico' llega a Cannes

«Ella sabía exactamente lo que estábamos haciendo», ha dicho el cineasta, al que la intérprete acusó de engañarla para salir sin ropa interior en el filme

El director Paul Verhoeven y la actriz Daphne Patakia, en la presentación en Cannes de Benedetta REUTERS

María Estévez

Paul Verhoeven no pide perdón por escandalizar con su catálogo de personajes femeninos sexualizados , y en Cannes suma uno más a su colección. En este tour francés que empezó con 'Elle', el otrora adolescente terrible del cine holandés vuelve al certamen en la Croisette con 'Benedetta' , un drama lésbico sobre una monja del siglo VII con eróticas visiones de Jesucristo y una lengua voraz hacia sus hermanas. «No creo que el filme sea escandaloso, no para la Europa del Oeste», adviritó Verhoeven en Cannes. Aparentemente, solo los europeos de la franja que ocupa el Atlántico entenderán este erótico retrato de una monja lesbiana. «Allí [por Estados Unidos] no lo van a entender, ya me pasó con ‘Showgirls’», apunta todavía con rabia por las terribles críticas que recibió aquel filme.

El director de clásicos de los ochenta y noventa como ‘Robocop’, ‘Desafío total’ y ‘Starship Troopers’ vive inmerso en la polémica. La última, unas graves acusaciones de Sharon Stone, la protagonista de ‘Instinto básico’. La actriz escribió en su biografía que el mítico cruce de piernas de la película lo hizo sin ropa interior engañada por Verhoeven . Al parecer, él le aseguró que sus bragas reflejaba mal la luz y le pidió que se las quitara prometiendo que no aparecería ningún desnudo frontal en la película. Una versión que el realizador considera una confusión. «Mi memoria es radicalmente diferente de la de Sharon. Su ropa no se interpuso en el camino. Ella está sensacional en la película y nuestra relación es excelente, de hecho, seguimos intercambiando mensajes de texto. Ella sabía exactamente lo que estábamos haciendo. Le dije que la historia estaba basada en una mujer que conocí en mis años de estudiante y utilizaba el cruce de piernas sin bragas en todas las fiestas a las que acudía. Sharon y yo decidimos hacer una secuencia inspirándonos en ella», relató.

Atrevido desde sus orígenes, a Verhoeven no le tiembla el pulso ante la cultura MeToo o la posible cancelación de su trabajo. «Ya veremos qué pasa. Lo que puedo decirte es que hay una diferencia entre Francia y los Estados Unidos, lo admitan o no en Francia el retrato de dos monjas en escenas sexuales se puede filmar, sin embargo en Estados Unidos habría necesitado un coordinador de intimidad».

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