Cuando Hollywood cerró por pandemia en 1918 y cómo se transformó el mundo del cine (y lecciones para hoy)

La gripe española obligó a cerrar las salas en Estados Unidos y a paralizar rodajes

Puerta de los estudios Paramount AFP
Fernando Muñoz

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«No habrá nuevas "películas" hasta que termine la gripe» , rezaba el titular de «The New York Times» del 10 de octubre de 1918. El cine comercial no había cumplido la mayoría de edad y los periódicos entrecomillaban palabras por entonces extrañas, pura jerga, como «películas». Pero en la industria de Hollywood la semilla del triunfo ya había germinado y era un rentable negocio que de pronto se segó por la pandemia de la mal llamada Gripe Española . ¿Qué puede aprender el cine del Siglo XXI de lo que se vivió por entonces?

Hollywood no se recuperó hasta el año siguiente, en mitad de un mundo en caos, mirando de reojo las consecuencias del armisticio alemán tras el final de la Primera Guerra Mundial el 11 de noviembre de 1918. Pero hasta que se vio la luz al final del túnel, el séptimo arte y el negocio que lo rodean vivieron meses en el alambre. Por ejemplo, las productoras pararon los rodajes (no tanto por el miedo al contagio como por la caída de la demanda en un mundo sin plataformas ni televisiones) y las distribuidoras retrasaron los estrenos que tenían pendientes ante el cierre de las salas de todo el país, excepto de Nueva York. «La ciudad tendrá que contentarse con imágenes viejas en lugar de la llegada semanal de nuevos carretes», decía el NYT en aquella crónica.

El libro «Historia de la industria del cine estadounidense», de Benjamin P. Hampton, publicado en 1931, llega a una conclusión que hoy se podría aplicar: «Los productores que dudaron perdieron terreno en la pugna por la supervivencia industrial, y aquellos que ignoraron el sentido común en los negocios y se lanzaron a seguir una corazonada salvaron el pellejo », cita el mítico analista Richard Brody en «The New Yorker». Las empresas más pequeñas cerraron, y se produjo una concentración del negocio en manos de las más grandes. Las «majors» no dejaron de crecer, haciéndose con los pequeños huecos que dejaban las que se marchaban. Los estragos de la pandemia, unidos al final de la guerra, sentaron las bases de los megaestudios que levantaron el Hollywood dorado y en la que los grandes estudios dominaron la producción, distribución y la exhibición en sus propios cines.

Concentración comercial y más pantallas

Hoy la situación parece replicarse. La concentración es cada vez mayor (con Disney, un gigante que no deja de añadir nuevos planetas a su ya enorme universo, como mejor ejemplo), y solo se diferencia en el control sobre las estrellas (algo con lo que acabaron Bette Davis y Olivia de Havilland gracias a denunciar a los estudios ) y el control de los cines (que perdieron por el famoso juicio de Estados Unidos contra Paramount Pictures de 1948 ) ¿Pero es realmente diferente?

Disney ya ha lanzado su propia plataforma online, Disney Plus , donde muestra su potencial con todo los clásicos de Disney, más la Fox, todo Pixar, casi Marvel al completo, La guerra de las Galaxias... NBCUniversal estrenó « Trolls 2: Gira mundial » directamente por internet, en alquiler a un precio de 19,99 dólares para ver en 48 horas, y ha recaudado más de 92 millones de euros , muy por encima de lo imaginado en tiempos de pandemia, tanto que de facto ha declarado la guerra a las grandes empresas de exhibición, como AMC, que ha dicho que no estrenará nada de Universal en los 1000 cines que tiene en todo el mundo si no confirman que mantendrán la ventana exclusiva del estreno en salas.

Página del «Illustrated Current News» del 18 de octubre de 1918, en la edición de New Haven DEADLINE

Con estas bases, quizá el mayor cambio se constate en un nuevo control de los estrenos en cines. Apunta Brody que no sería raro imaginar que los estrenos en salas se conviertan en eventos especiales, limitados a una semana o un mes y que coexistirán, o precederán brevemente, al lanzamiento en «streaming». Cita a lo que ha hecho Netflix con «El irlandés», «Roma» o «Historia de matrimonio». Y ahí llega la duda: ¿qué pasa con el dinero que dejarían de ingresar las productoras con esos «estrenos limitados»? Eso pasaría por que los estrenos pasen al alquiler en streaming en lugar del modelo de suscripción actual, o que las «majors» comiencen a apuntalar sus propias plataformas

«El cine de 1921, solo dos años después de la epidemia, no se parecía en nada a la industria de 1918, había cambiado radicalmente. Todo cambió, desde la duración de las películas hasta la forma en que las personas compraban las entradas», cuenta el historiador William Mann en « Deadline ». Mann cree que la situación es demasiado parecía a aquella época. « Miro ahora los servicios de "streaming" y controlan la producción, distribución y exhibición . Y sí, [esta pandemia] hará que algunas de las empresas más pequeñas se queden sin trabajo, pero también es un modelo más eficiente y quizás esta industria encontrará la manera de sobrevivir».

Porque como Hampton publicaba en 1931, muchos agoreros tras la gripe española de 1918 se preguntaban si, como resultado de los cierres de teatros, ir al cine se había vuelto un pasatiempo «obsoleto» . El tiempo demostró que la magia de la sala se mantendrá para siempre.

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