Contemplación

La difícil agonía de aprender a convivir con la ceguera

Llega a los cines españoles «Contemplación», la película británica nominada al Bafta que narra la lucha del escritor John M. Hull para salir adelante tras perder la visión de sus dos ojos

Dan Renton Skinner interpreta al profesor y teólogo John M. Hull en «Contemplación» ABC

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Pocos días antes de que naciese su primer hijo, en el verano de 1983, el teólogo, escritor y profesor australiano John Martin Hull perdió la visión de sus dos ojos. Tenía 48 años. Lo difícil, no obstante, todavía estaba por llegar, pues debía aprender a convivir con su ceguera. En su historia real se basa «Contemplación», opera prima de Peter Middleton y James Spinney que llegó este viernes a los cines españoles.

Con un alto componente documental, la cinta explica la lucha de Hull para seguir adelante pese a la «enfermedad» de sus ojos, como él mismo la define en la película. La voz del protagonista, al que interpreta el actor británico Dan Renton Skinner, es la del propio teólogo, que para hacer frente a su problema comenzó a grabar, en cintas de audios, sus propios pensamientos y percepciones, a modo de diario. Las publicó en 1990 bajo el título «Touching the Rock: An Experience of Blindness» (traducido al español como «Tocando la roca: Una experiencia de ceguera»). El célebre divulgador Oliver Sacks las definió como «una obra maestra», como «el relato de ceguera más extraordinario, preciso, profundo y hermoso» que había leído en toda su vida.

Utilizando esas mismas grabaciones, los directores del filme le pusieron las voces de Hull y de su mujer, Marilyn, a Skinner y Simone Kirby, conocida por la serie de Netflix «Peaky Blinders» y que interpreta a la esposa del escritor. Al otro lado del teléfono, Marilyn afirma a ABC estar «encantada» con el desarrollo de la película. «Fue una experiencia genial. Los directores hicieron un trabajo magníficos y ahora, se han convertido en buenos amigos de la familia», asegura la mujer. Middleton y Spinney se interesaron por la historia de su marido hace casi una década. «Les llevó como cuatro o cinco años hacer la película, desde que se pusieron en contacto con nosotros hasta que el documental vio la luz», esgrime.

En Reino Unido, la cinta se llegó a los cines en 2016. Recibió tres nominaciones a los Bafta –entre ellos, a Mejor Película Británica– , otras seis a los Premios del Cine Independiente Británico (FIBA) y triunfó en los Festivales de San Francisco y Tribeca. Ironías del destino, John no pudo ver el resultado del largometraje, pues falleció en julio de 2015, apenas a unos meses de su estreno. «Es una pena, porque le hubiera encantado el resultado», señala Marilyn, que se emociona al recordar a su esposo. «Era una magnífica persona. Divertida, agradable, profunda, amable... ¡aunque bueno, también era tremendo!», bromea. «No era perfecto, como nadie lo es, pero era una parte fundamental de mí. Estuvimos juntos casi cuarenta años», explica la viuda.

La película tiene uno de sus principales activos en su importante labor didáctica. «Enseña cómo convivir con la ceguera, a convertir todo lo malo que la enfermedad supone al principio en cosas buenas. A John le costó muchísimo adaptarse a ella y lo pasó muy mal, pero luego se lo terminó tomando todo de otra manera. Pensaba que era un regalo de Dios . Aunque tuvo que renunciar a muchas cosas, como a mi recuerdo o al de nuestros cinco hijos, para poder vivir como una persona totalmente ciega», apunta Marilyn. En efecto, Hull se refugió mucho en su fe para asumir su pérdida de visión. «Creo que lo que me ha pasado es un regalo. Algo que no le deseo a mi mujer ni a mis hijos, pero que no todo el mundo puede tener», asegura el profesor en una de sus notas, hasta que al final consigue aceptar su nueva vida. «Nunca voy a aceptar la pérdida humana que es la ceguera, pero estoy empezando a comprender lo que es vivir con esto».

«Contemplación», enfatiza Marilyn, contiene un mensaje que es toda una lección de vida. «A menudo, en la vida no sabemos lo que tenemos hasta que nos falta », considera. En especial, cuando algo tan cotidiano como la visión se convierte en un privilegio. Una reflexión similar a la que hace «Muñeca rusa», la nueva serie de Netflix, buscando que Nadia (Natasha Lyonne) la protagonista, aprenda a disfrutar de la vida tal como le viene. «Muchas veces, nos pasamos mucho tiempo preocupados por cosas que realmente no tienen ninguna trascendencia, pero a las que les damos más importancia de la que merecen. Y al final, la vida es un presente que no hay que desperdiciar», enfatiza Marilyn, que confiesa que solo había podido ver la película una vez hasta ahora, que la ha vuelto a visionar. «Me hace recordar demasiadas cosas. Tantas, que la emoción me supera».

En efecto, uno no está acostumbrado a que lleven su vida al cine todos los días. Especialmente, si se pone el foco sobre una historia tan emotiva, con una interpretación tan íntima. «Los actores han estado brillantes, pero han hecho un trabajo casi de mímica. Porque las voces reales eran la mía y la de John, extraídas de las notas, que pusieron sobre sus labios. Fue muy extraño, porque me escuchaba todo el rato a mí y a John. Cada escena era un recuerdo y en todas ellas, me acordaba del instante en el que estaba grabando las notas junto a él», subraya la viuda de Hull, un hombre que convirtió en una virtud hasta sus peores miedos.

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