El cine de los hermanos Dardenne y su contrato fijo con el Festival de Cannes

Su película 'Tori y Lokita' contiene todos y cada uno de los ingredientes habituales de los directores belgas, mucha sencillez, mucho drama y las mejores intenciones

De izquierda a derecha: Jean-Pierre Dardenne, Mbundu Joely, Pablo Schils y Luc Dardenne AFP
Oti Rodríguez Marchante

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Hay cosas en el Festival de Cannes que, sin ellas, perdería gran parte de su esencia, como ese grito de 'Libé, Libé' que desde hace décadas vocea el mismo vendedor de 'Libération', con garganta de barítono, a la entrada del Palais, o como (y esta sí viene al caso) la asidua e infalible película de los hermanos Dardenne, que han metido aquí, en la sección oficial, prácticamente toda su filmografía…, algo muy gordo tiene que pasar para que en una edición de Cannes no esté la película de los Dardenne , que no es siempre la misma, pero que tiene los mismos ingredientes, esos que les han permitido ganar premios aquí como si se conocieran los números de la rifa. Ellos son fijos en Cannes; los demás, temporales o autónomos.

La(s) película(s) de los Dardenne, por ejemplo esta recién presentada en la competición, ' Tori y Lokita ', es el resultado de una fórmula precisa que mezcla la sencillez, la buena intención, una situación dramática e injusta, una mirada crítica a la sociedad y tolerante a sus zonas más desfavorecidas, sea la infancia, la exclusión, la enfermedad o la inmigración… Hay que ser muy mala persona para no estar de acuerdo con las películas de los Dardenne. Tori y Lokita, los dos protagonistas, son un chiquillo y una adolescente, que se dicen hermanos y que llegaron de algún lugar de África y sueñan con regularizar su vida y papeles.

Bien, si la dirigiera Cronenberg o Tarantino , no se podría prever lo que les pasa a Tori y Lokita, pero son los Dardenne, y se sabe con precisión cada una de las zancadillas, presiones y desgracias que la historia les tiene preparados. El acecho de lo clandestino, la droga, la terrible burocracia, las varias formas del abuso…, todo tan previsible como descorazonador, porque esa sencillez de los Dardenne y esa autenticidad de sus actores (que suelen ser de estreno) consiguen que lo que cuentan produzca adhesión y simpatía. Son películas pequeñas, pero con su dosis de grandeza dentro, manejables, sin demasiados adjetivos y que, a veces, como en esta, se permiten un poquito de intriga, de tensión y alguna dosis extra de amargor. Una película de los Dardenne que no habrá sorprendido a nadie, que no habrá disgustado a nadie y que se queda ahí, a la alcance de la mano del jurado para cualquier cosa y por si se atasca en sus deliberaciones.

La otra película en la competición era la italiana ' Nostalgia ', de Mario Martone , cineasta napolitano que entrelaza lo peor de la ciudad, como su peligrosidad y la camorra, y lo mejor de su cultura, como Eduardo de Filippo o su descuidada belleza. La historia es la de un hombre que vuelve a ella cuarenta años después, su encuentro con su anciana madre, con su ciudad de infancia y juventud y con un pasado que le abruma. 'Nostalgia' se va aclarando a ritmo lento, mediante los paseos del protagonista y la personalidad de las calles, balcones y rincones napolitanos.

El hecho de que el personaje protagonista lo interprete Pierfrancesco Favino, un actor con pedernal en el rostro y la mirada torva de ni una broma, anima a pensar durante el primer tercio de la película que ese hombre ha ido allí a algo más que ver a su madre…, en fin, una tensión que con, por ejemplo, Carlos Areces no se produciría. Pero Martone sabe lo que quiere mostrar y lo que quiere contar, sobre sus calles, sus gentes, sus miradas, sus silencios, sus batallas perdidas o ese encanto que el protagonista quiere recuperar, a pesar de que su vida ya está en otra ciudad, El Cairo, y otra religión, la musulmana.

Martone construye temperatura y aroma con su historia, aunque le saca poco jugo a sus posibilidades de duelo, de encuentro y misterio entre el protagonista y su viejo y perdido amigo; no son, ni de lejos, Holly Martins y Harry Lime (Cotten y Welles) en 'El tercer hombre', pero un algo de miserable grandeza se echa en falta.

Siga la cobertura de Cannes 2022 con las crónicas de Oti Rodríguez Marchante

Día 7 : No tan fiero Cronenberg y muy vistoso y lucido Park Chan-Wook

Día 6 : Un estrangulador de Boston en el Irán del 11-S

Día 5 : Ruben Östlund trastorna la seriedad de Cannes con la divertida 'Sin filtro'

Día 4 : 'El agua' con gas de la española Elena López Riera en el Festival de Cannes

Día 3 : La infancia de James Gray y el burro de Skolimowski

Día 2 : El nuevo 'Top Gun' le devuelve al Festival de Cannes la corpulencia de sus mejores tiempos

Día 1 : Un discurso de Zelenski y una comedia sobre muertos vivientes abren Cannes

Día 0 : El Festival de Cannes abre una rendija al cine español

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación