'Amelie' vuelve, 20 años después, dispuesta a cerrar el debate: ¿cursi o sublime?

La película protagonizada por Audrey Tautou se reestrena en media España de la mano de 39 Escalones Films

Audrey Tautou es 'Amelie' 39 Escalones Films
Federico Marín Bellón

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«Son tiempos difíciles para los soñadores», decía en 'Amelie' un vendedor de porno, que quizá no sea el oficio más adecuado del que extraer grandes enseñanzas, aunque la frase sigue vigente veinte años después. La distribuidora 39 Escalones Films aprovecha el aniversario de la película francesa más influyente del siglo XXI –el dato está pendiente de confirmación– y la reestrena en media España a partir del 1 de julio .

'Amelie' lanzó al estrellato a Audrey Tautou , una actriz peculiar a la que le gusta hacer una foto de todos los periodistas que la entrevistan. El éxito de público fue inmediato y se hizo extensible a todo el mundo. También de crítica, aunque hay un porcentaje de espectadores que nunca se dejaron seducir y consideran la cinta el colmo de la cursilería . Están equivocados, muy probablemente, pero no por ello hay que dejar de escuchar sus argumentos.

Lo único irrefutable son los datos. Nada menos que los irreductibles Asterix y Obelix hincaron la rodilla en el podio francés histórico de taquilla. Además de ser vista por 32 millones de espectadores , el «fabuloso destino» de Amelie Poulain, como decía el título original, le tenía reservado al filme cinco nominaciones al Oscar , dos Bafta, cuatro César (de trece posibles), cuatro premios del cine europeo y hasta un Goya como mejor película del viejo continente.

Pero no sería justo resaltar el vigésimo aniversario de la película de Jean-Pierre Jeunet sin recordar también que su 'Delicatessen' , codirigida por Marc Caro , cumple 30 años este mismo año. Jeunet no tiene una filmografía demasiado prolífica, pero sí un estilo inconfundible incluso cuando salta de género y pasa del humor más negro a un romanticismo casi delirante, después de intercalar la resurrección y rediseño de 'Alien' , quizá no del todo apropiado. Sus películas entran por el ojo, inundan el corazón y se instalan en la memoria, por lo general para bien.

En 'Amelie' nos cuenta, en colaboración con el guionista Guillaume Laurant , un millón de pequeñas historias, enhebradas a toda velocidad en las peripecias de su joven protagonista, una chica singular que descubre que su objetivo en la vida es mejorar la de los demás . La galería de personajes secundarios, el ritmo (que dinamitó para siempre los prejuicios contra la lentitud del cine francés), la fotografía de Bruno Delbonnel y la música de Yann Tiersen , sobre todo, tan memorable como el corte de pelo de Tautou, completan un cuadro único que las nuevas generaciones harían bien en descubrir en pantalla grande, ahora que pueden.

Sobre la banda sonora, se puede decir que Jeunet quiso en vano contratar a Michael Nyman , pero descubrió por casualidad a Tiersen y se enamoró de su colorido estilo, que maridaba tan bien con el suyo como las notas de Preisner y el sentimiento de Kieslowski . Varias de las canciones que suenan en la película eran piezas previas del compositor, que además compuso para la cinta 'El vals de Amelie' , presente a lo largo de sus dos horas en diferentes variaciones.

El mejor amigo de Amelie es Nino, interpretado por Mathieu Kassovitz , actor y director que ya tenía una trayectoria previa muy interesante, sobre todo desde 'El odio', y que nos ha tenido en vilo en las cinco temporadas de la sensacional 'Oficina de infiltrados' , pero que seguramente es menos conocido para el gran público que su protagonista femenina, a la que en compensación siempre ha sido más difícil imaginar en otros papeles.

'Amelie' no es perfecta, ni falta que le hace. Es una comedia romántica porque alimenta la risa y ensancha el amor. Hay quien llora con ella, pero suele ser de alegría y regocijo, por la felicidad que proporciona su disfrute. Los ojos de la protagonista son dos ventanas que invitan a asomarse y soñar. Ahora bien, no es para todos los públicos, en el peor sentido de la expresión: en su día, alguien tan reputado como Gilles Jacob , director del festival de Cannes , la dejó fuera del escaparate con argumentos que todavía escuecen a sus seguidores: «No es interesante. Tiene talento, pero se equivocó de tema». ¡Se equivocó de tema!, como si tratar de observar el amor pudiera ser una elección errónea.

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