Crítica de 'El método Williams': Elogio del padre, patrón y guardián de las reinas del tenis

El guion es lineal y está muy bien aderezado de todas las especias precisas para que se aprecie la educación familiar en todos los sentidos, desde lo moral a lo racial, ideológico y deportivo

Fotograma de 'El método Williams' con Will Smith
Oti Rodríguez Marchante

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Will Smith es un actor, una estrella, que reúne todos los requisitos para estar en lo más alto de su profesión, incluida la coyuntura de pertenecer a una raza con exigencia de reconocimiento. Tiene la apostura de Sidney Poitier, la potencia de Denzel Washington , la versatilidad de Morgan Freeman o la gracia chuleta de Eddie Murphy. Y ahora tiene también un personaje que le puede llevar hasta el Oscar al que ya ha estado un par de veces 'nominado'. Ese personaje es Richard Williams , el padre de esas dos tenistas formidables, Venus y Serena , que, según se cuenta en la película, tenía un plan muy detallado para llevarlas hasta lo más alto de ese deporte.

'El método Williams', que se titula en original 'King Richard ' y que le otorga el protagonismo más al personaje que al plan, es un modélico biopic sobre ese hombre al que retrata como enormemente familiar, con una gran habilidad para detectar los peligros del éxito y las cuestiones de raza y clase social, con tenacidad y paciencia para sostener sus ideas y con un desparpajo y pericia para gestionar el futuro de sus hijas en un mundo, el del tenis (también), donde el gran talento se huele y atrae a todo tipo de pescado, desde la pequeña piraña al gran tiburón. A ese personaje cinematográfico, del que la realidad ofrece otras impresiones familiares no tan halagadoras (tuvo varias familias y muchos hijos, y no todos campeones), lo interpreta Will Smith con voracidad, arrebatándole casi por completo cualquier rincón oscuro y con el despliegue absoluto de todos sus encantos actorales.

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El método Williams

El método Williams

La historia lo recoge a él y a sus hijas en el periodo infantil de adiestramiento y los lleva hasta la misma puerta de entrada a la historia del tenis; es decir, sin llegar a entrar en el gigantesco currículo deportivo de las Williams. El guion es lineal y está muy bien aderezado de todas las especias precisas para que se aprecie la educación familiar en todos los sentidos, desde lo moral a lo racial, ideológico y deportivo. Junto a Will Smith, que es naturalmente el alma del relato, sobresale la figura de la actriz Aunjanue Ellis , que interpreta a la esposa y que se permite la osadía de poner corazón en algunos de los mejores momentos donde le roba no solo la escena a Will Smith, sino también esa 'claridad' al personaje de King Richard Williams. Pero es un biopic blanco y que ha contado con la supervisión y aprobación de las dos tenistas.

Los aficionados al tenis tendrán, además, la ocasión de ver o recordar aquel partido crucial que enfrentó a la principiante Venus Williams con la número uno del mundo, Arancha Sánchez Vicario (interpretada por Marcela Zacarías). En cuanto a su director, Reinaldo Marcus Green , resuelve su trabajo sin interceptar la pelota ni subir a la red; desde el fondo de la pista, sin excesivo riesgo en buscar las líneas, con un entretenido cuerpo narrativo y un lenguaje de cámara que deja entrar a la emoción y brillar a sus actores.

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