Crítica de 'Cerdita': Causas y efectos de armarse la gorda

La aparición de lo psicótico, lo casi sobrenatural y lo terrorífico amplifica su condición de ‘película visceral y fuera de horma’, aunque ello no le perjudica, sino que entretiene, al propósito de la historia de voltear conceptos como la fragilidad, la fuerza y la razón

Laura Galán protagoniza 'Cerdita'
Oti Rodríguez Marchante

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Interesante, peculiar y, en cierto modo, alarmante modo de llevar a la pantalla algunos asuntos que suelen tener un trato más ‘correcto’ en el cine, como el ‘bullying’ en el colegio, el sobrepeso o la esquina de la España rural. La directora, Carlota Pereda , se arremanga y se despeina para contar la historia de una jovencita, Sara, muy metida en carnes (su familia tiene, además, una carnicería) y a la que las otras chicas de su clase llaman Cerdita y la someten a todo tipo de bromas y humillaciones.

La película tiene diversos tonos y diferentes marchas en la velocidad de su desarrollo, con la voluntad de describir mediante un potente aroma folclórico los ambientes en esa localidad veraniega, y hay caricatura, humor negro y un dibujo dramático de la vulnerabilidad de ese personaje ridiculizado y llevado al límite; el argumento, la trama, sufre algunas detonaciones bruscas en su interior que le van cambiando el género (se ennegrece, se animaliza) y que tienen la función de alarma referida al principio. La aparición de lo psicótico, lo casi sobrenatural y lo terrorífico amplifica su condición de ‘película visceral y fuera de horma’, aunque ello no le perjudica, sino que entretiene, al propósito de la historia de voltear conceptos como la fragilidad, la fuerza y la razón.

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Cerdita

Cerdita

En cierto modo, ‘Cerdita’ utiliza lo que combate (la caricatura, el humor despiadado, la violencia irrazonable) para encuadrar la historia, que de ningún modo tendría la fuerza que tiene sin la impresionante interpretación de Laura Galán, tremenda, incalificable, uno de esos trabajos que precisan de enorme valor físico y notables cualidades interpretativas para mostrar el interior confuso y copioso del personaje. Y para adornar lo real, lo irónico y lo cruel del relato se agradece la presencia, chispa, de actrices como Carmen Machi o Pilar Castro.

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