Crítica de 'Canallas': Tronchante viñeta de unos buscones de barrio

Una película que se disfruta en sus contradicciones, tan llena de malicia y sin malicia, tan salvaje como inocente y tan extremadamente divertida como profundamente atribulada

Joaquín González, Daniel Guzmán y Luis tosar protagonizan 'Canallas'
Oti Rodríguez Marchante

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Contra los límites del humor, humor a campo abierto, y contra las bromitas y las pieles sensibles, una torrentera de frescura en las varias acepciones de la palabra, con unos personajes que deambulan por Orcasitas, pero que no desentonarían entre rinconetes y buscones por el Patio de Monipodio, de tan pícaros y tan de medio pelo, y a la mayoría de ellos les ponemos cara, pues los interpretan actores como Daniel Guzmán, Luis Tosar o Luis Zahera, pero el que amontona buena parte de la sorpresa es Joaquín González , casi nuevo en el Patio pero con una soltura, unas trazas y un palabreo que, cuando te aclimatas a él, solo puedes reírte a grifo abierto.

La segunda película que dirige Daniel Guzmán (la primera fue ‘A cambio de nada’ ) tiene dos intenciones claras: describir un mundo entre quevediano y valleinclanesco y divertir a lo bruto y mucho. Tres amigos del barrio y de toda la vida, ya adultos que han recorrido infantilmente ese trayecto que lleva desde la travesura a los lindes de la delincuencia pícara e infructuosa y para los que tener proyectos y planes es solo el anuncio de que doblarán sus problemas y aumentarán su indigencia económica.

Ficha completa

Sobre la feliz descripción que hace Guzmán, y que más que social es deslumbrante y salvaje, planean los dibujos personales, las relaciones de amistad y los muy complejos y divertidos lazos familiares: en la casa y entorno de Joaquín están, además de sus dos ‘amigos’, la madre, mujer de una pieza; el hermano, soldador y maestro del wing-chung, arte marcial de eficacia relativa, y la hija, campeona de yoyó. Interpretados con esa técnica del ‘soy yo mismo’ por Esther Álvarez, Brenda González y Chema González , y para añadir lija a lo rugoso de las situaciones, la insólita y marciana presencia de Jacinto, el pretendiente de la madre, al que le da una superlativa gracia y vida de extrarradio Víctor Ruiz .

Aunque lo descriptivo sería suficiente para celebrar la película, hay además un argumento que consiste en verlos moverse y canallear entre sus planes para hacerse ricos, que naturalmente son más estrambóticos que ellos mismos (¡la dentadura de Hitler!) y les proporcionan la ocasión de meterse más vacío en el bolsillo, además de al espectador. En fin, una película que se disfruta en sus contradicciones, tan llena de malicia y sin malicia, tan salvaje como inocente y tan extremadamente divertida como profundamente atribulada.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación