Crítica de 'El arma del engaño': Cómo se cocinó el gran 'fake' británico para los nazis
El director le procura cierto espesor a la intriga al poner el foco en el trío protagonista y en las corrientes de amistad, amor, fidelidad y obligaciones familiares que van cambiando su relación
El anzuelo argumental de esta película está basado en un hecho real que cambió el rumbo de la Segunda Guerra Mundial, la ‘Operación Mincemeat (carne picada)’ , y que ha sido llevado al cine en alguna otra ocasión, como en ‘El hombre que nunca existió’, de Ronald Neame. Esta operación bélica consistía en hacerle creer a los nazis que los aliados entrarían por Grecia en vez de hacer el desembarco por Sicilia, tal y como pretendían, y que así movieran sus tropas hacia allá y le dejaran un paso más libre.
La historia la cuenta ahora John Madden , el director de aquel ‘Shakespeare in love’ y de otros títulos tan diversos como ‘El caso Sloane’ o ‘El exótico Hotel Marigold’, y toma como referencia el libro de Ben Macintyre, especialista en relatos de espionaje. El relato se basa en los movimientos de dos oficiales de Inteligencia, Ewen Montagu (Clon Firth) y Charles Cholmondeley (Matthew Macfadyen), y curiosamente fue el libro que más tarde escribió sobre el asunto Ewen Montagu en el que se basó Ronald Neame para ‘El hombre que nunca existió’, título que alude al cadáver que apareció en la playa de Punta Umbría en 1943, cargado de 'información' sobre el desembarco en Grecia. En fin, varios nudos en todos los hilos que comparten estas dos películas.
Ficha completa
El arma del engaño
La actual de John Madden aporta, además de los tejemanejes de los Servicios de Inteligencia, tanto británicos como alemanes, un fondo más humano y personal de los protagonistas, y en especial de Montagu y su relación sentimental absolutamente estrangulada con su ayudante, Jean Leslie, interpretado por Kelly MacDonald. Digamos que el director le procura cierto espesor a la intriga al poner el foco en el trío protagonista y en las corrientes de amistad, amor, fidelidad y obligaciones familiares que van cambiando su relación. Por otra parte, queda muy actual por su habilidad en el manejo de lo falso pero creíble y en el arte de la manipulación con eso que ahora se llama ‘fake’.
