Crítica de «Tres idénticos desconocidos»: Genética contra educación
Los trillizos más mediáticos de los Estados Unidos no se parecen a las Trillizas de Oro, las argentinas María Laura, María Emilia y María Eugenia, cuyo triunfo llegó a España en los 80. La vida de Bobby, Eddy y David es más dramática
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Los trillizos más mediáticos de los Estados Unidos no se parecen a las Trillizas de Oro, las argentinas María Laura, María Emilia y María Eugenia, cuyo triunfo llegó a España en los 80. La vida de Bobby, Eddy y David es más dramática. Se conocieron por sorpresa a los 19 años ; sobraron las presentaciones. El descubrimiento fue el mejor momento de sus vidas, pero la alegría dio paso a las dudas sobre su origen (los tres sabían que eran adoptados, cada uno en una familia de estatus) y estas desbrozaron el camino del drama.
Tim Wardle lo cuenta de forma ejemplar en «Tres idénticos desconocidos» , película documental –con alguna recreación grabada con actores– en la que no se echa en falta ningún testimonio. Incluso el oscuro doctor Neubauer participa de modo indirecto. Fundamental es también, aunque breve, la colaboración de otras dos hermanas que vivieron un caso similar. A la constatación del trabajo bien hecho se suma un elemento del que suelen cojear los documentales españoles, un gran ritmo, animado por la escasez de reiteraciones, aunque en su afán por atrapar al espectador a Wardle casi se le va la mano en la dosificación de la intriga. Hasta la «moraleja» tiene sus giros, en la lucha permanente entre genética y educación. ¿Nacemos o nos hacemos? Puede que mitad y mitad.