Crítica de 'Guardianes de la Galaxia Vol. 3': Un final certero para una trilogía descarada

El ritmo trepidante, la espectacularidad de las batallas y peleas, lo estrafalario de algunos ‘marcianos’ que pueblan esos mundos y la música cañera ofrecen tanto entretenimiento como esas frases cínicas de los diálogos, caso de ese insuperable «yo soy Groot»

Chris Pratt, el nuevo héroe de acción de Hollywood: «Pelear contra algo que no existe es muy vergonzoso»

Imagen de 'Guardianes de la Galaxia Vol. 3'
Oti Rodríguez Marchante

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Puesto que esta película cierra la cremallera de una trilogía ya se puede decir de ella que, dentro del Universo Marvel, se ha forjado una singularidad y ha dejado una huella, un estilo y una serie de componente propios, como el sentido del humor, la chaladura visual y unos personajes a los que, una vez acostumbrados, se puede considerar encantadores y tiernos. Es fundamental para su, digamos, disfrute no pedirle a este olmo peras, porque da lo que da, una diversión vacía, mucha acción y un panorama del universo y su diversidad (fauna y flora) que no se encuentra en nuestro cine favorito de hoy en día, tan absorto en lo rural y lo social.

Este tercer volumen lo escribe y dirige, como los anteriores, James Gunn y con los personajes y actores habituales, los Guardianes, ya un poco en fase de nostalgia, y se construye el argumento en base a ella, recuerdos de unos, de otros, desilusiones…, en fin, casi cine de universitarios. El alma de la trama es el mapache Rocket, al que los demás tienen que salvar y en ello se irá toda la duración de la película, 150 minutos de los que, con buena voluntad, hubieran podido cortarse un buen puñado.

Pero hay infinidad de subtramas , conflictos gigantescos y que rozan lo bíblico, con un creador omnipotente y sus criaturas, y el propio batiburrillo fraternosentimental del equipo protagonista, todos tipos y tipas durísimos pero que dan la impresión de que en cualquier momento pueden ponerse a cantar y bailar como la familia Trapp en ‘Sonrisas y lágrimas’.

El ritmo trepidante, la espectacularidad de las batallas y peleas, lo estrafalario de algunos ‘marcianos’ que pueblan esos mundos y la música cañera ofrecen tanto entretenimiento como esas frases cínicas de los diálogos, caso de ese insuperable «yo soy Groot» que repite insistentemente la voz de Vin Diesel, muy atinado, muy filosófico y polisémico, y que le va que ni pintado como bloque de texto a un actor como Diesel. De los intérpretes que dan la cara y no solo la voz, pues el peso se lo llevan Chris Pratt, un actor simpático, y Zoe Saldaña, que como verde y borde está estupenda, también Dave Bautista, el ogro con corazón.

Sobre si es mejor o peor este volumen 3 que los dos anteriores, ya es cosa de sumillers, de los que saben catar y escupir. Pero si uno es de tragárselo todo, aquí estará en su película.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación