Obituario

Josep Maria Forn: el cineasta rebelde

Su obra maestra, incontestable pieza de nuestro cine, es ‘La piel quemada’ (1967)

David Felipe Arranz

Estrenar la más que notable ‘Yo maté’ (1957) como ópera prima en pleno régimen de Franco no solo era arriesgado, sino que podía molestar a más de uno del sector editorial: la historia de un muchacho que se decide a poner en marcha las técnicas criminales de la novela negra para hacer justicia con su acosada progenitora, constituye una verdadera rareza de nuestro cine. Porque Josep Maria Forn (1928-2021) era muy barcelonés para todo, quiere decir esto que su cine y su personalidad están ligadas a una cierta vanguardia que derivó en posicionamiento político. Ciertamente Forn arriesgaba con todo y en todo, y ese catalanismo militante se manifestó en la oficialidad de sus cargos, primero como cofundador del Institutut del Cinema Català en 1975, junto a Carles Duran y Jordi Tusell, y después como director general de Cine, Video y Televisión de la Generalitat entre 1986 y 1988.

Su obra maestra, incontestable pieza de nuestro cine, es ‘La piel quemada’ (1967), con la que hubo de vérselas con la censura por narrar los avatares que rodean al fenómeno de la migración interior; es decir, el desplazamiento de trabajadores de un lugar a otro de España, lejos de su población natal, para encontrar un oficio que se les negaba en su propia tierra, un asunto peliagudo en aquella España del desarrollismo y la ‘prosperidad’, amén de la presencia en su argumento de un republicano emigrante del sur que había luchado en la Guerra Civil como soldado de Líster y vivido en varios campos de concentración franceses, así como el provocador montaje en paralelo de unas clases de religión católica y una escena con sensual baile nocturno.

El estilo semidocumental desarrollado por Forn, seña de identidad de este formidable autor, introduce al espectador de forma paulatina en la vida íntima de la comunidad charnega, que padece el rechazo social por parte de la sociedad catalana. Todo ello llevó al gobierno de Franco a adjudicarle una mala calificación, cara a las subvenciones, acortando y dificultando así la difusión comercial de este documento excepcional sobre la trastienda de la ‘feliz’ España de la década de los años sesenta.

Antes, Forn ya había indagado en el problema de la distribución de heroína desde España a los Estados Unidos en ‘La ruta de los narcóticos’ (1962), a partir de una historia escrita por José Antonio de la Loma basada en las noticias sobre la llegada de importantes bandas de narcotraficantes italianos que se instalaban en Barcelona. Ese mismo año rodó ‘¿Pena de muerte?’, que provocó su primer conflicto con la censura. En su filmografía nadie se debería perder joyas como ‘Muerte al amanecer’ (1960), ‘Los culpables’ (1962), ‘La barca sin pescador’ (1964), ‘La respuesta’ (1968) y ‘Companys, proceso a Cataluña’ (1979).

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