ENTRETENIDO. Aragonés juega en un futbolín del hotel de concentración de la selección en Alemania antes de coger el vuelo que trasladó a él y a su equipo en Madrid. / AP
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Aragonés quiere irse

Mantiene su promesa de abandonar el banquillo porque no ha logrado llegar a las semifinales «Las decisiones hay que tomarlas con frialdad», dice

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El día después de la eliminación de España fue muy duro para Luis Aragonés. La noche del partido fue larga y no cumplió ni con las cuatro horas de sueño que exige su cuerpo. Estuvo primero charlando con sus más estrechos colaboradores y después encerrado en sí mismo buscando una explicación a la derrota ante Francia. En ese repaso también había un hueco para pensar en el futuro. En su futuro.

Cuando la selección logró el billete para la Copa del Mundo de Alemania, el sabio de Hortaleza hizo una apuesta pública. «Si no quedamos entre los cuatro primeros, me marcho». Un órdago. Y no llevaba cuatro reyes. Pensaba colocar a esta selección en el mismo escalón que Alemania, Italia, Francia o Argentina. Pero, como no ha ocurrido, ahora se encuentra en un cruce de caminos, con una señal grande que apunta hacia la dirección general deportiva de la Federación o a otro club. El camino que apunta a la continuidad es angosto y puede estar plagado de espinas.

Luis estaba ayer mucho más abatido que la noche del partido. Y fue dejando sus mensajes a los diferentes medios de comunicación bajo el mismo denominador común. El adiós. Entiende que es preso de sus palabras y que ahora es complicado dar marcha atrás.

«Como máximo responsable, soy el máximo culpable de que nos vayamos tan pronto. No hemos hecho un gran Mundial. Mientras no se consiga llegar a una final o ganarla es un fracaso para el fútbol español. Dije que me iría si no quedábamos entre los cuatro primeros. El listón era alto y pensé que lo conseguiría. Lo he dicho. Y no cambio el discurso. No es cuestión de plazos, de dos o tres días. Hablaremos y punto. Las decisiones se toman con la frialdad que se tienen que tomar», aclaró el seleccionador.

De sus reflexiones en voz alta se desprende que está aturdido y que piensa cumplir la palabra que dio en su día y que siempre ha mantenido en sus declaraciones públicas. Posiblemente, el técnico esperará un par de días para medir con más sosiego y arropado por el su entorno el calibre de la crítica futbolística. Si vislumbra o aprecia el menor síntoma de rechazo no se moverá de su actual postura y convocará a los medios de comunicación para hacer pública su renuncia al cargo de seleccionador nacional.

Eurocopa 2008

Por su parte, los dirigentes de la Federación Española de Fútbol conocen ya de primera mano el desánimo del seleccionador y esperan reunirse con él mañana o pasado con el fin de persuadirlo de la postura en la que se encuentra instalado en estos momentos. El secretario general de la entidad, Jorge Pérez, comentó ayer a este periódico que «Luis tiene todo el respaldo y el apoyo de esta Federación. Creemos en el proyecto que ha creado con gente joven y queremos hacerle ver que no tiene que ser preso de sus palabras. Por eso nos reuniremos y nos escucharemos todos». Si no logran mover a Luis Aragonés de su posición, la federación se verá obligada a acudir al mercado de entrenadores porque España tiene que preparar la fase de clasificación para la Eurocopa de 2008, que arranca a primeros del mes de septiembre contra Liechtenstein (día 2) y contra Irlanda del Norte (6). Antes queda el partido amistoso contra Islandia, que se disputará el 15 de agosto.

Hasta la reunión final, Luis seguirá trabajando en su despacho deshojando la margarita. Hoy se tomará el día libre y en los sucesivos cumplirá con los compromisos adquiridos con varios medios de comunicación.