TRIBUNA

Polémica remodelación de un edificio con historia

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La Casa Consistorial de la ciudad de San Fernando es el edificio civil más importante de dicha población (decimos civil por oposición o a diferencia de lo militar o religioso); como ocurre generalmente, identificando continente y contenido, se le llama «el Ayuntamiento».

Dicho edificio está ligado a la historia de la ciudad, no sólo por las fechas de iniciación y terminación de las obras de construcción (1778-1895), sino porque, aún estando sin terminar, en él se reunieron por primera vez las Cortes Constituyentes el 24 de septiembre de 1810, para aprobar la formula de su juramento, que se prestó el mismo día ante la Regencia y después de celebrar misa el Cardenal de Borbón en la iglesia. La ceremonia del juramento está recogida y representada en el cuadro de Casado del Alisal, que se encuentra en el Salón de Plenos del Congreso de los Diputados, mirando a la Presidencia, a la derecha.

Se trata de una edificación de innegable factura neoclásica; el edificio está catalogado como Monumento Histórico Artístico, o Bien de Interés Cultural.

Avanzado ya el procedimiento para la ejecución de las cada vez más necesarias obras de reparación y consolidación, se ha hablado últimamente de intensificar y extender tales obras a todo el edificio hasta el punto de que se pretende que la construcción vaya a quedarse, en todo o en parte, vacía o hueca o reducida a sus fachadas, pudiendo destruirse, entre otras cosas, la planta noble, con la Sala de Plenos, el Salón Isabelino, el Despacho de la Alcaldía y la Biblioteca donada a la ciudad por Don Miguel Lobo Malagamba, así como la bellísima escalera de acceso principal, en mármol blanco; en el caso de llevarse a efecto dichos propósitos, tan innecesarios como evitables, resultarían daños de naturaleza irreparable.

Estos propósitos, al parecer, han pasado la criba del Concurso de Anteproyectos y el tamiz de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, no se manifestaron inicialmente y sólo se han conocido parcialmente, que sepamos, a través de unas reseñas de prensa. En definitiva, las administraciones practicarían así lo que ellas mismas llaman «fachadismo» como consecuencia de lo que también titulan indebidamente «obras de rehabilitación». Un ejemplo de esto último puede verse en la Casa de las Cadenas, en la calle Cristóbal Colón de Cádiz, que poseía un patio y una distribución excelentes, y ahora se encuentra macizada con el Archivo Histórico Provincial. El problema, además de estético, es plenamente jurídico, y similar al de la Sentencia de la Sala Tercera del Tribunal Supremo, Recurso 3699/93, relativa al Teatro Romano de Sagunto. Y hay que suponer que la Secretaría Municipal, los Servicios Jurídicos, y los Técnicos de la Administración Municipal se habrán pronunciado con sus informes contra el inexplicable deseo de obtener, por encima de todo, una edificación diferente de la actual.

De todas formas, todo ello ha causado inquietud y temor a muchas personas de San Femando, que se ven amenazadas de la privación de una de sus más importantes «señas de identificación», como ahora se dice, o abocadas a un litigio como el antes citado por el Tribunal Supremo.

No es fácil, sino que está cerca de lo imposible, el adquirir información sobre cuáles son realmente los propósitos de la Administración Municipal sobre estas cuestiones; ni siquiera acudiendo a los concejales que habrán votado a favor o en contra de estos disparates, que parece que se intentan materializar con apoyo de los hechos consumados, y a espaldas de la ciudadanía, creándose así situaciones irreversibles, que no puedan subsanarse, sobre todo por la antigüedad de los elementos y materiales empleados. Se habla de un nuevo Salón de Plenos de superficie circular en entreplanta, que parece ser que ocuparía el espacio de la actual escalera principal, y de la destrucción de la Biblioteca Lobo y de su cuidada ornamentación.

Como consecuencia de todo lo expuesto, para informar a los ciudadanos de cuáles son realmente los propósitos del Ayuntamiento, del jurado calificador y de la Junta de Andalucía, sería necesario que a la mayor brevedad, se adoptaran las siguientes resoluciones:

-Suspender la tramitación del expediente o expedientes instruidos en relación con los fines y obras indicados, dando cuenta a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

-Convocar una información pública, al menos, de dos meses de duración, sobre el anteproyecto, proyectos y demás documentos técnicos que se refieran a la Casa Consistorial, con independencia de las informaciones públicas reglamentarias que se hayan podido producir. Durante este plazo se celebrarán las oportunas reuniones públicas con los segmentos interesados, para exponer y deliberar sobre un asunto como éste, que excede del ámbito puramente municipal.

-Con posterioridad a estas reuniones, la Administración Municipal y demás administraciones públicas se pronunciarán sobre todos estos asuntos, para que en el futuro se sepa a quién reclamar las responsabilidades políticas e históricas.

-Y por último, publicar lo que antecede, para dar a conocer a las personas responsables.