RENOVACIÓN. Los nuevos bares están adaptados. / TAMARA SÁNCHEZ
Jerez

Los hosteleros critican que «nadie nos consultó» sobre el diseño de los veladores

Los empresarios retrasan el cambio de sus terrazas hasta que sea necesario Los negocios del Arenal, sin apoyos

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Los hosteleros del centro respiraban ayer algo más tranquilos y, con la última circular de Acoje en la mano, confían en que no tendrán que cambiar sus terrazas hasta que sea necesario porque estén deterioradas. Aún así, los empresarios advierten que en ningún caso fueron consultados sobre el nuevo diseño de los veladores y están apoyando con sus firmas la campaña de Asunico contra la normativa municipal que entra en vigor el próximo 30 de junio.

Es el caso de Encarnación Sañudo, de la Cruz Blanca -en la plaza de la Yerba-, quien recuerda que «abrimos hace ocho meses y nos adaptamos a la forma de la terraza que nos dijeron» en Urbanismo. Advierte que el desembolso que ahora deberían hacer para cambiar unas sillas y mesas totalmente nuevas podría alcanzar los 2.000 euros. También deja claro que «nadie nos pidió opinión, ni la asociación -por Acoje- ni Urbanismo». Como la mayoría de los hosteleros, se enteró de la entrada en vigor de la ordenanza «cuando fui a pedir la renovación de la licencia de terraza. Y sólo me la dieron hasta el 30 de junio», cuando entra en vigor la normativa.

En el bar Adeli, en la calle Consistorio, comentan que «incluso nos dijeron que toda terraza que no estuviera cambiada para esa fecha, vendría un camión y la retiraría de la calle». En este establecimiento tenían encargado en nuevo material, pero anularon el pedido al interpretar que el nuevo diseño sólo se impondrá a los negocios de nueva apertura.

No están tan seguros en el bar Manolo, también en Consistorio, donde Rosario Pradillo critica que un nuevo gasto en cambiar los veladores «era lo que nos faltaba, después de lo que hemos perdido por los dos años que ha estado cerrada la plaza del Arenal». Insiste en que «nadie nos preguntó si queríamos cambiar las terrazas y cómo hacerlo», y advierte que las nuevas mesas y sillas son un enorme problema porque «no son apilables. Nosotros tenemos sitio, pero muchos otros no se dónde las van a guardar por la noche».

Pero los peor parados son, sin duda, los bares y restaurantes de la plaza del Arenal. Pepe Martín, de La Concha, explica que «nos enteramos del cambio en Semana Santa. Pero no porque nos informaran, sino porque fuimos a preguntar. Entonces ni en Urbanismo sabían cómo iban a ser, sólo que las sillas y mesas tenían que ser de aluminio forrado».

Él mismo echó una mano a otros bares prestando, pero una inversión en el material «no es lo mejor para nosotros» tras dos años pésimos. De hecho, un bar, el Supremo, ha traspasado y desde ayer está cerrado porque no puede hacer frente a más gastos. Martín lamenta que «no tenemos ninguna ayuda, aunque somos los más afectados» y a pesar de que «nos lo prometieron todos, Pilar Sánchez, María José García-Pelayo,... No nos dejan poner publicidad, pero seguro que para las elecciones pondrán sus banderolas en todas las farolas».