Jerez

El intenso calor y el fuerte viento de levante truncan un año excelente para el campo

COAG advierte del importante recorte en la producción prevista de cereales, remolacha, guisantes y habas Asaja calcula que el suelo presenta un 30% menos de humedad de lo normal en la zona debido a la sequía

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El fuerte calor, el persistente viento de levante y, en general, la sequía empiezan a causar estragos en el campo. Las organizaciones agrarias esperaban un excelente año para el campo después de la desastrosa campaña de 2005, pero las inclemencias meteorológicas de los últimos dos meses están dando al traste con sus expectativas.

Las organizaciones agrarias coinciden en que estos problemas están provocando una importante reducción en prácticamente todos los cultivos, al menos respecto a las cantidades inicialmente previstas. Gracias al aumento de las lluvias en los primeros meses, los agricultores confiaban en recuperar en esta campaña las fuertes pérdidas sufridas durante el pasado ejercicio, pero tendrán que conformarse con «un buen año», nada espectacular y dentro de la normalidad.

Así lo define Ángel Ruano desde COAG, insistiendo en que, con los «golpes de calor» que vienen azotando el campo desde mayo pasado, «sólo cubriremos el expediente». Además de la remolacha, los cereales y las protaeginasas (guisantes y habas) son los cultivos más afectados, en los que se esperaba un importante incremento en la producción respecto al pasado año y que se están viendo afectados justo en la recolección por las altas temperaturas y el fuerte levante.

A la espera de los datos definitivos, COAG calcula que en cultivos como el trigo el recorte en la producción prevista puede rondar el 50%, teniendo en cuenta que se esperaban «entre 5.500 y 6.500 kilos de grano por hectárea sembrada y se están recogiendo unos 3.000 kilos».

«Los meses de abril y mayo son claves en el campo», insiste Ruano, lamentando que en esta ocasión han sido demasiado calurosos «y el grano ha perdido peso». Algo parecido ocurre con la avena: por cada dos hectáreas se confiaba en conseguir unos 400 kilos, pero en algunos casos el recorte de la producción está alcanzando el 25%, con sólo «70 u 80 kilos». La historia se repite con la cebada, el tercer cultivo de cereal más importante de Jerez y toda la provincia.

Respecto a la remolacha, esta organización agraria confirma que la producción se está viendo seriamente afectada porque las olas de calor llegaron justo en el momento del engorde de la planta, por lo que sus tamaños están resultando sensiblemente menores a los esperados.

Mención aparte, según reiteran desde COAG, merece «el mes de levante que llevamos», que incrementa aún más las temperaturas y que está provocando la caída del grano y, por tanto, aumentando la reducción en las distintas cosechas de cereales. Con el grano en el suelo, en demasiadas ocasiones «no resulta rentable para el agricultor la recolección mediante las cosechadoras».

El panorama no es mejor para los cultivos de habas y guisantes, debido sobre todo al levante. Sólo en el primer caso el recorte de la producción respecto a las previsiones iniciales se estima en un 50%, debido a que «el viento arranca la flor y la planta no da finalmente fruto».

Asaja-Cádiz tampoco asiste al verano con demasiado optimismo, pero no tanto por las elevadas temperaturas registradas al principio de la primavera como por la situación de sequía que sigue padeciendo el campo jerezano.

Aunque admitiendo que esta campaña será bastante mejor en cereales y remolacha de el año pasado, el responsable de los servicios técnicos de la organización, Peter Maurer, advierte que las precipitaciones siguen siendo escasas. De hecho, el suelo presenta un 30% menos de humedad de la que suele ser habitual en la zona.

Añade, además, que los resultados en todos estos cultivos están resultando «bastante irregulares», con producciones muy diferentes incluso dentro de las mismas explotaciones. Aparte de la sequedad del terreno y el fuerte calor de los últimos meses, los responsables técnicos de la entidad añaden el pernicioso efecto del levante para explicar esta situación.

El problema es que «el viento hace que el agua de la planta se evapore, y si no hay reservas de agua suficientes en el suelo» el fruto es más pequeño y de menor calidad. Es lo que ocurre, según se insiste desde Asaja, con los cereales y la remolacha.

Más gastos

También para Asaja este año se esperaba francamente bueno para el campo y, confiando en ello, los agricultores «no han escatimado gastos» a la hora de sembrar e invertir en sus cultivos. Al reducirse de manera más que significativa la producción, estas inversiones no podrán ser recuperadas.

En cualquier caso, Maurer admite que esta campaña será bastante mejor que la del pasado año, que en cultivos como la remolacha resultó simplemente «terrible». Eso sí, advierte que la temporada aún no ha terminado y, aunque ya las temperaturas son las habituales para la época, habrá que confiar en que «las cosas no se tuerzan más» por el calor y, sobre todo, por el insistente viento de levante.