BOCHORNO. Los aficionados aprovechan las fuentes de las ciudades alemanas para soportar mejor las altas temperaturas. / REUTERS
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Alemania tropical

El calor que reina en el país ha obligado a la FIFA a tomar medidas para contrarrestar el efecto de las altas temperaturas sobre los jugadores

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La decisión que adoptó el árbitro alemán Markus Merk el domingo pasado en el estadio de Leipzig es inédita en Alemania. Cuando corría el minuto 39 del partido Holanda Serbia-Montenegro, el árbitro sorprendió a los jugadores y al público cuando decidió suspender momentáneamente el encuentro para permitir que los acalorados y sedientos futbolistas pudieran saciar la sed provocada por los 40 grados de temperatura que reinaban en la cancha de juego.

«Un árbitro con experiencia no necesita indicaciones para aplicar un reglamento humano», dijo cuando justificó su insólita decisión. «Si se presenta la posibilidad, uno ofrece con gusto una pausa a los jugadores». La medida adoptada en Leipzig puede sentar un raro precedente en el campeonato a causa de un fenómeno que alegra el alma de los alemanes, pero que hace sufrir a los jugadores.

Desde hace una semana reina en Alemania un calor casi africano y los pronósticos auguran un aumento de las temperaturas en casi todo el país. Para hoy, por ejemplo, los sabios de la canícula han pronosticado 33 grados para Fráncfort, una temperatura que pueda causar estragos en el seno de la selección de Corea del Sur y alegrar la vida al equipo de Togo, que se enfrentan a las 15 horas.

«Nuestro peor enemigo fue el calor. El equipo estaba a punto de desfallecer», admitió el seleccionador holandés, Marco van Basten, después del triunfo de su equipo. La selección de Inglaterra también estuvo a punto de desfallecer el sábado pasado en Fráncfort, donde se impuso 1-0 a Paraguay, gracias al autogol más rápido en la historia de los mundiales.

Después de la traumática experiencia, los ingleses pidieron a la FIFA que aumentara las raciones de agua, una medida que aún está en estudio. Ese día los ingleses consumieron 70 litros de agua, tres veces más de lo acostumbrado para evitar la pérdida involuntaria de peso.

Después de tres días de campeonato existe una rara unanimidad entre las selecciones. Los partidos que comienzan a las 15 horas representan una clara desventaja a causa del calor.

«El mayor problema que tenemos cuando nos enfrentemos a España no serán las lesiones de Shevchenko, sino el horario», se quejó el seleccionador de Ucrania, Oleg Blochin, después de ser informado del calor africano que azotará el estadio de Leipzig mañana. El partido comienza a las 15 horas.

Techos cerrados

El espléndido sol que brilla estos días en las ciudades alemanas convenció a la FIFA para adoptar otra medida inédita. Para mejorar la calidad de las transmisiones de televisión, el organismo pidió a los estadios de Fráncfort y Gelsenkirchen que cierren completamente sus respectivos techos.

«Las imágenes pierden calidad a causa del cambio de la luz a la sombra», explicó el funcionario de la FIFA Markus Siegler. «Para la organización es muy importante la salud de los jugadores. Hemos consultado con los expertos y nos han confirmado que cuando el techo está cerrado hay mejor ambiente», añadió.