EL PRIMER GOL. Tenorio supera al meta polaco. / AFP
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La pericia se impone a la fuerza

Ecuador mima el balón y se acerca a los octavos de final a costa de una pésima selección polaca

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Si fuera ventajista, Benito Floro podría presumir ahora de que su teoría sobre la importancia del saque de banda es cierta. Fruto de una jugada estratégica así, defendida de forma pueril, Ecuador encarriló su justo triunfo ante una pésima Polonia que acerca a los sudamericanos a octavos de final de un Mundial por vez primera en su historia.

Como corresponde a todo equipo entrenado por un alumno o admirador del 'Pacho' Maturana, Ecuador, pese a sus limitaciones, se plantó con osadía frente a una Polonia aguerrida, apoyada por un público enfervorizado, pero sin fútbol. Nada que ver esta selección de Pawel Janas, sólo músculo y voluntad, con la generación de Lato, que brilló y alcanzó el tercer puesto en Alemania-74. Ni con la de Boniek, que también cerró el podio en España-82. Aquellos eran futbolistas con mayúsculas. Éstos, si acaso, atletas menores.

Más pausada y menos vertical, Ecuador guardó el balón y se acercó en cuanto pudo al área de Boruc, titular 'indiscutible' tras la cantada del año de su colega Kuszczak ante Colombia y la marginación de Dudek. Los sudamericanos manejaron desde el arranque el centro del campo, con Edwin Tenorio y Castillo como jefes, y Valencia, joven promesa cedida por el Villarreal al conjunto de Mestalla, con plena libertad de movimientos.

Sonado triunfo

Tras este sonado triunfo, el segundo que consiguen en su segunda Copa del Mundo -en Japón y Corea vencieron a Croacia pero acabaron últimos-, nadie podrá discutir ya a los jugadores entrenados por el colombiano Luis Suárez que sólo son capaces de imponerse en la altura de Quito (2.850 metros). Este equipo, sólo superado por Brasil y Argentina en la clasificación, tiene algo más. Sabe lo que hace, maneja bien el tiempo del partido y, sobre todo, mantiene una idea y jamás pierde la calma. Algo consustancial al carácter de este pueblo.

Mientras fueran dueños del esférico, era imposible que los tricolores sintieran el peligro de los fornidos polacos, empeñados en la presión y el pelotazo inútil. Sólo Euzebiusz Smolarek, hijo del conocido extremo que jugó dos mundiales, tenía pinta de poder desequilibrar. Pero sus compañeros eran incapaces de entregarle un balón en condiciones. Y del delantero Zurawski, goleador del Celtic del que hablaban maravillas a sus 30 años, ni rastro.

Jugada clave

Con dominio ecuatoriano, pero sin apenas acciones noticiables, se llegó a la jugada clave, ese saque de banda de De la Cruz que peinó Delgado y cabeceó Carlos Tenorio, dejando en ridículo a los centrales polacos. A punto estuvo de repetirse la historia en una acción similar, pasada la media hora, pero esta vez Delgado lanzó a las nubes en una ocasión soñada.

La segunda parte agudizó la impotencia de Polonia, un quiero y no puedo permanente ante un Ecuador que se vino algo más atrás pero nunca renunció a su estilo y sentenció en una contra magistral que definió Delgado a puerta vacía. Su portero, el excéntrico Mora, sólo fue protagonista por su rostro pintado con el amarillo, azul y rojo de la bandera de su país. Así, Ecuador da un paso bastante importante para clasificarse para la fase de octavos de final.