ILUSIÓN. Alfredo García encara con muchas ganas esta nueva etapa en la que asume una vicepresidencia en Asaja Cádiz. / TAMARA SÁNCHEZ
ALFREDO GARCÍA VICEPRESIDENTE DE ASAJA CÁDIZ

«Al agricultor no se le puede percibir como a un cazaprimas»

Su experiencia en el Marco de Jerez le lleva a afirmar que «todas las partes estamos obligadas a entendernos»

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Alfredo García vuelve a la primera línea de Asaja Cádiz al frente de una vicepresidencia que para él es sólo un paso más en su compromiso con el campo y con esta organización. Este ingeniero agrónomo que fue presidente de Asevi y que es consejero de González Byass, y que por ello conoce bien el Marco y su problemática, es el nuevo rostro en la junta directiva junto al presidente, Manuel Vázquez, y el otro vicepresidente, José Manuel Díez.

-¿Con qué espíritu encara esta legislatura?

-La primera sensación es la de formar parte de un equipo. Llevo muchos años en Asaja en distintas posiciones y simplemente realizará el mismo trabajo desde otra posición.

-¿A qué se enfrenta esta junta directiva?

-Todos son retos, porque la situación que tenemos en el campo es muy complicada. Está la reforma de la PAC, los pagos únicos, y el reto del agricultor de enfrentarse a lo desconocido y tener que adaptarse a nuevas situaciones.

-¿Y ante los problemas que acechan, como la OCM del vino?

-Eso es una incógnita más, porque tenemos que manejar todos los posibles escenarios. Ahora hay cuatro, y dependiendo del que resulte al final el viticultor tendrá que enfrentarse de una forma u otra al futuro. Pero hacer planes ahora es prematuro. Antes tienen que dar el paso en Europa. Porque podemos estar como ahora, o en un panorama totalmente liberalizado en el que sea libre plantar y arrancar.

-En esta situación, y cuándo cada vez es más dificultosa la burocracia, ¿qué papel juega Asaja?

-Esta organización, además de continuar con su política reivindicativa, debe potenciar e incrementar todos los servicios al agricultor no sólo a la hora de brindar información, sino en todos los aspectos que sirvan para facilitarle la toma de decisiones ante este futuro incierto.

-¿Está sufriendo el campo un proceso de envejecimiento?, ¿hay un desgaste de la imagen del agricultor?

-Ahora mismo el ciudadano de a pie percibe al agricultor como un cazaprimas. Por eso creo que Asaja debe explicar a la sociedad todas las dificultades a las que se enfrenta el agricultor. Es muy fácil para los ciudadanos ver el campo bien cuidado y disfrutar de un paisaje natural, pero todo eso implica un trabajo, unas trabas y legislación y un coste que tiene que pagar alguien. Pretender que el agricultor es un cazaprimas que no quiere pegar ni sello no es realmente la situación. Un agricultor es un empresario que arriesga dinero y trabajo sin saber lo que va a ganar después.

-¿Las administraciones hacen suficientes esfuerzos para ayudar a este sector?

-Lamentablemente todo se politiza en exceso. Y al final lo que debería ser una decisión empresarial y un acercamiento al problema, como ocurre con el proyecto agroalimentario de Jerez, lo enfocamos desde un punto de vista político. Y nosotros lo único que queremos es poder trabajar.

-¿Se han cerrado muchas las opciones al campo tras las últimas OCM?

-Por supuesto. Hace cuatro años los empresarios agrícolas podían planificar su labor entre varias opciones: ahora remolacha, ahora algodón y rotar cultivos. Pero de repente te dicen que sólo queda trigo o pipas y para de contar. Por eso el agricultor está descentrado y ahí Asaja también puede hacer un buen papel buscando alternativas y todo tipo de nuevos cultivos industriales.

-Manuel Vázquez destacó su perfil y su experiencia en el sector vitivinícola. Desde esta experiencia, ¿cómo ve el panorama del Marco de Jerez?

-Es complicado, pero me gustaría pensar que tenemos luz al final del túnel. El viticultor, como cualquier empresario agrícola, debe tratar de encontrar oportunidades en las crisis. Hay que enfocarlo desde este punto de vista, ponerse a pensar y buscar salidas, en vez de estar lamentándose. Y enfrente tenemos a otros empresarios, los bodegueros, con los que no tenemos más remedio que entendernos. Porque a ellos no les interesa que se vaya el agricultor, y a nosotros tampoco que ellos se arruinen.

-¿No hay zancadillas sectoriales a la diversificación y a los nuevos productos?

-No me gustaría pensar que esto ocurre. Es cierto que hoy en día hay demasiada producción y al consumidor medio lo están bombardeando por todos lados con productos nuevos. Por eso aquí tenemos que demostrar que sabemos hacer vino, que tenemos una cultura y una tradición vinícola tremenda y que eso alguna ventaja debe tener.

-¿Cómo será el nuevo plan sectorial del Marco?

-El anterior Plan Estratégico nació sobre una base mala, porque se tiró por la calle de enmedio, y así nada sale bien. Por eso hay que aprender de los errores, y ahora que estamos todos más concienciados, tenemos que ser capaces de buscar una vía.