El arzobispo de Granada niega los delitos de coacción y lesiones

El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, ha negado hoy ante el juez los motivos que llevaron al sacerdote F.J.M.M. a presentar en su contra una querella por la posible comisión de los delitos de injurias y calumnias, coacciones, lesiones y contra la integridad moral, así como "querer dañar" al querellante, y dice que "sólo gobernó la Diócesis".

Durante más de cuatro horas permaneció el arzobispo en el Juzgado de Instrucción número 1 de Granada, donde comenzó a declarar como querellado pasadas las 10.00 horas, aunque debido a problemas de transcripción, el juez acordó anular la declaración y volverla a repetir, lo que motivó el retraso de la misma, según informaron fuentes del caso.

En un comunicado hecho público por el Arzobispado, Francisco Javier Martínez sostuvo en su declaración que su actuación, siempre dentro del derecho estatutario de la Iglesia, fue "sólo por gobernar la Diócesis para bien de la misma y administrar los bienes de acuerdo con la responsabilidad que tiene confiada".

Así, según manifestó el arzobispo, que se negó a responder a las preguntas de la acusación, las actuaciones que tomó se deben a otras previas del querellante que le "obligaban a tomar medidas para preservar la libertad o los derechos de la Iglesia". En este sentido, recordó que "jamás ha dado publicidad alguna a las medidas disciplinares que le ha sido preciso tomar, que hubiera sido más cómodo no tomar y que también hubiera deseado no tener que tomar".

Según el Arzobispado, las actuaciones que dan lugar a la querella, básicamente la privación de unos encargos y de un oficio en una institución diocesana como es el Cabildo Catedral, son "actos de gobierno interno de la Iglesia", realizados según su normativa propia y competencia de la jurisdicción de un Obispo Diocesano en el libre ejercicio de su ministerio.

De hecho, según consta en la nota, el querellante "ha reconocido reiteradamente la jurisdicción propia de la Iglesia abundantemente mientras ha creído que eso le era útil". En este sentido, el arzobispo indicó que la remoción en el oficio de canónigo está vinculada a la "negativa del querellante" a entregar al Arzobispo y al Cabildo --con el fin de que pudieran disponer de forma adecuada sobre su publicación-- un libro de la Catedral en sus "aspectos teológicos y pastorales" que le había sido encargado en el año 2000.

Apelación a la Santa Sede

Así pues, el sacerdote interpuso la querella, después de haber apelado a la Santa Sede, quien le impuso unas condiciones que "nunca cumplió" y a raíz de lo cual, dice el Arzobispado, abandonó ese ámbito jurisdiccional y se dirigió a los tribunales civiles.

El Arzobispado manifestó el "dolor" porque todo este asunto "interno y de familia" no haya sido resuelto por las "vías propias" de la familia misma y porque haya sido "divulgado de una manera del todo desproporcionada, con ligereza y sin respeto al a verdad, con la intención de dañar a la Iglesia".

Tanto a su llegada al Juzgado como a la salida del mismo, el arzobispo de Granada estuvo acompañado por otros sacerdotes y fieles que aplaudieron a su paso y rezaron varios rosarios durante las horas en que se prolongó la declaración.

Uno de los que fue a apoyar a Francisco Javier Martínez reconoció que "preferiría que fuera un tribunal eclesiástico el responsable del caso", aunque se mostró esperanzado en que "el Señor lo salve, porque es nuestro pastor".

Los hechos comenzaron el pasado mes de diciembre cuando el ahora ex canónigo pidió al arzobispo que se retractara de las acusaciones realizadas en una carta sobre una supuesta apropiación indebida de los derechos de propiedad intelectual del libro de la Catedral.

Además de este proceso judicial, el juzgado de Primera Instancia número 9 de Granada ha citado al sacerdote querellado J.M.M. el próximo 21 de junio a las 12.00 horas para un acto de conciliación después de que el Cabildo presentara una demanda contra él.