ESPECIALISTA. El doctor Andrés Galán, en la sede del Colegio Médico de Cádiz./ GONZALO HÖHR
ANDRÉS GALÁN BERNAL MÉDICO DE FAMILIA DEDICADO AL TRATAMIENTO DE FACTORES DE RIESGO CARDIOVASCULAR

«La obesidad infantil se ha disparado, es una epidemia»

«Los fármacos para perder peso deben ir siempre acompañados de un cambio en los hábitos de vida» «La enfermedad no se cura pero podemos controlarla»

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Miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, el doctor Andrés Galán Bernal lleva años dedicado al tratamiento de los factores de riesgo cardiovascular desde su consulta de atención primaria. Alerta del peligroso avance de la obesidad infantil y está convencido de que la mejor arma para luchar contra esta «epidemia» es trasladar los servicios sanitarios a las escuelas para incidir desde el principio en la importancia de seguir unos hábitos de vida saludables. Recientemente ha impartido un seminario sobre obesidad y riesgo cardiovascular en el Colegio Médico de Cádiz.

-¿A qué se debe el aumento en la prevalencia de la obesidad experimentado en los últimos años?

-En la provincia de Cádiz ha habido un aumento en el número de casos igual que el experimentado en el resto de España, donde la media se sitúa en el 14,5% de la población. El 13,4% de los varones y el 15,7% de las mujeres están obesos. Y la mayor prevalencia en la mujer se debe, sobre todo, a su condición genética y su disposición hormonal. Aunque, en general, las causas que han motivado este incremento en el número de casos son los factores genéticos (hay múltiples fenotipos, sobre todo aquellos que inciden sobre el aumento del apetito) y los factores ambientales, dentro de los cuales la cultura nutricional y el sedentarismo son las causas fundamentales. Tanto en un caso como en otro podemos actuar y cambiar el curso de la enfermedad.

-¿Puede considerarse la obesidad una enfermedad crónica?

-Por supuesto. Es una enfermedad crónica y como tal hay que tratarla, puesto que requiere toda la atención desde el punto de vista de la dieta y farmacológico. La obesidad no se cura, pero podemos controlarla y estabilizarla, siempre que se lleve a cabo un tratamiento de por vida. Lo fundamental es el cambio de hábitos, modificar la dieta e introducir en ella el ejercicio físico. Cuando es necesario utilizamos medicación, porque existen fármacos indicados en el tratamiento de la enfermedad.

-¿Son eficaces estos fármacos si se utilizan como único recurso?

-No, los fármacos deben ir siempre acompañados de un cambio en los hábitos de vida: dieta y ejercicio físico. Lo que se suele recomendar es una dieta que aporte un balance negativo entre la energía que ingerimos y la que consumimos. Pero en muchos casos este cambio de conducta no suele ser suficiente, sobre todo en pacientes con obesidad mórbida, y tenemos que recurrir a los fármacos. Desde hace algunos años contamos con dos tipos de fármacos que tienen una efectividad real. Uno, el llamado orlistat, interviene sobre el intestino, reduciendo la absorción de grasas. Mientras que la cibutramina inhibe la recaptación de norepinetrina, dopamina y serotonina y hace que los pacientes alcancen antes una sensación de saciedad, aunque también se utiliza para disminuir la ansiedad.

-¿En qué casos es necesario recurrir a la cirugía bariátrica?

-La obesidad se clasifica según el índice de masa corporal y el perímetro de masa abdominal. Esa grasa abdominal suele ser más agresiva o dañina, porque incide sobre la descompensación de otros factores de riesgo cardiovascular. En todos los casos hacemos un tratamiento de forma escalonada porque cuanto más logremos reducir el peso del paciente antes de la operación menor será el riesgo. La cirugía bariátrica está indicada en personas cuyo índice de masa corporal es superior a 40 y en pacientes que tienen otros factores de comorbilidad (como el colesterol o la hiperglucemia). Cuanto mejor llegue el paciente al quirófano mejores serán los resultados. Los tipos de cirugía que se practican son el bypass gástrico y el balón intragástrico.

-¿Qué enfermedades están asociadas a la obesidad y cómo actúan en su conjunto?

-La diabetes tipo 2, la hipertensión y el descontrol de la dislipemia, que hace que las grasas se descompensen, están relacionados con la obesidad. Todos estos factores producen daños en varios órganos. En el hígado aumentan las grasas y los niveles de glucosa, aparece el daño muscular y arterial, porque aumenta la vasoconstricción y ello facilita un aumento de la tensión.

-¿Cree que es necesario prestar más atención al problema desde la infancia?

-Desde luego, en la infancia es donde está el gran potencial de lucha contra la obesidad. La obesidad infantil se está disparando y ya es casi una epidemia. Desde la escuela los niños deben aprender a comer de forma saludable e incluir en su dieta alimentos que en muchos casos no forman parte de ella, como las frutas y verduras. Ahí juegan un papel muy importante los servicios sanitarios, que deberían desplazarse a las escuelas para formar a profesores y alumnos y conseguir así que los hábitos de vida saludable se aprendan desde la infancia.