ESTAMPA. Virgen de La Palma es una calle del barrio de La Viña que se caracteriza por la humildad de su gente, la mayor parte son trabajadores .
CÁDIZ

Olor a caballa asada, carnavales y mucha fe

Un milagro es conservado desde 1755 en Virgen de La Palma, calle que cobra vida al llegar la noche debido a los bares y peñas

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Cuenta la leyenda que en el maremoto que asoló Cádiz el 1 de noviembre de 1755 se produjo un hecho prodigioso. Un sacerdote sacando un estandarte de la imagen de la Virgen de La Palma se dirigió raudo hacía las furiosas aguas que inundaban la ciudad y dijo: «De aquí no pases». Momento en el que el mar se calmó. El milagro está plasmado en un cuadro y una octavilla en el punto en el que las aguas dejaron de avanzar. Hoy la calle lleva el nombre de Virgen de La Palma. «Todos los turistas si van con guía vienen a ver esto», comenta Antonio, quien nació hace 61 años a pocos metros, concretamente en el número 6 de la mencionada calle. Una vivienda tradicional que en el año 2003 ganó el Primer Concurso de Patios Gaditanos organizado por la Junta de Andalucía.

Caracterizada por los naranjos y el pavimento empedrado, el atractivo especial de esta calle reside en los bares y las tradicionales peñas carnavalescas. Algunas, como la de Enrique El Molondro, datan de 1977. Nicolás Peñalver, uno de sus fundadores, se esmera en pintar de verde las puertas del local ahora que llega la temporada. «La Viña es un barrio de pescadores, pero lo bonito de esta calle es la noche. Le invito a que se pase usted ahora que empieza el buen tiempo para que coma la típica caballa asada traída de La Caleta, un pescado fresco que los mismos pescadores venden en las esquinas», comenta.

Algo que es corroborado por Francisco Cortés, otro vecino, quien toma una cerveza en el interior de El Molondro, cuyas paredes están adornadas con multitud de retratos de comparsistas que han obtenido el Antifaz de Oro, como Paco Alba, apodado El Brujo; políticos y alcaldes. «Esta calle en verano por la noche se llena de gente de punta a punta, parece la feria de Abril. Vienen personas de toda España y parte del extranjero. Aquí la comida es de calidad y los precios son populares», dice, con toda razón. Surtidos de pescado, atún, huevas, gambones, tortillitas de camarones, merluza, calamares, gallos, etc. Leer los platos anunciados en las pizarras de los establecimientos, como el mesón Criollo, la Taberna El Albero, el bar La Dorada y el mesón Palmito, hacen la boca agua.

Otras peñas como El Purri de Cádiz y El Charpa demuestran que la calle Virgen de la Palma es «la cuna del carnaval de la ciudad». Los apodados Carapapa y Carapalo del barrio manifiestan que «la calle es muy tradicional por el carnaval. Ponen el tablao cada año en una esquina y pasa el carrusel de coros. Los sábados de carnaval todo el mundo va disfrazado y no cabe ni un alfiler».

Unos metros más allá, en la esquina conformada por las calles La Palma y San Félix, vende pescado fresco Vicente González Rivera: «Caballa, caballa...». Un pescador que diariamente desde hace 15 años se pone en el mismo lugar. «Me levanto a las cinco de la mañana para ir a pescar, luego me pongo en este lugar para vender el género. Nací en esta calle y fui bautizado en la iglesia Virgen de La Palma. Yo no me voy de Cádiz, me moriré en el barrio de La Viña», sentencia mientras atiende a un cliente. Y agrega con cierta picaresca: «No me hagas más fotos que voy a partir la cámara de feo que soy».

Una de las encargadas del mesón El Palmito, Conchi Gaviño, asegura que la mejor época está por llegar. «Cuando los niños cogen las vacaciones en el colegio, el 20 de junio, la calle se llena de familias que pasean a cualquier hora del día. El resto del año la clientela está compuesta por forasteros principalmente. A partir de carnavales los extranjeros empiezan a venir para comer pescadito frito y caballa», señala.

Otro personaje que frecuenta los bares y tiendas de la calle Virgen de La Palma es La Petróleo, una artista folclórica. «Soy viñera de pura cepa porque nací aquí. Esta calle ha cambiado muchísimo desde que se hizo popular por el ambiente del verano. Antes, por ejemplo, no era peatonal ni tenía naranjos», recuerda.

Iglesia y colegio

Capítulo especial merece la iglesia Nuestra Señora de la Palma, ubicada en el inicio de la calle, que es la joya del barrio por su arquitectura. «La procesión de Semana Santa cuenta con muchos feligreses y es seguida por muchos extranjeros», acota La Petróleo.

Actualmente la iglesia Nuestra Señora de La Palma está siendo restaurada por el Área de Urbanismo del Ayuntamiento de Cádiz. Unos trabajos de mejora que cuentan con un presupuesto de 486.598,51 euros.

Al lado del templo se encuentra el colegio María Milagrosa (La Palma), que en reconocimiento a la labor realizada el Ayuntamiento de la ciudad en sesión plenaria de 10 de mayo de 1990 con ocasión de su centenario -el centro fue construido en 1889-, acordó concederle la Medalla de Oro de la Ciudad el 23 de noviembre del año 1990.