ÉXITO. Un momento de la cata comentada en la mezquita.
Jerez

El vino que trajo el frío

La presentación y la cata de los vinos naturales canadienses despiertan una enorme expectación

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El contrapunto del homenaje a los orígenes de la cultura vinatera se encuentra, sin duda, en el stand de Canadá en Vinoble. El país norteamericano lleva poco más de dos décadas produciendo y comercializando vinos de hielo (icewine) y de vendimias tardías que, mediante una sabia combinación entre procesos totalmente naturales y alta tecnología, están cosechando altas cotas de calidad. Y que están buenísimos.

Al menos, dejaron bastante satisfechos al numeroso público que abarrotó la presentación de los vinos encabezada por el embajador de Canadá, Marc Lortie, por la mañana, y también la cata comentada que acogió por la tarde la mezquita del conjunto monumental del Alcázar.

Tan joven tradición vinatera quedaba patente en el ímpetu y la pasión con que los responsables de la denominación de origen canadiense (Vintners Quality Alliance Ontario, VQA) explicaban al respetable el modo de elaboración de caldos basados en la variedad vidal.

Un método que tiene mucho que ver con sus gélidos inviernos, ya que la vendimia se posterga de manera considerable y se aprovechan las bajas temperaturas para prensar el fruto congelado en la misma viña (a -8 grados centígrados), obteniendo su jugo sin necesidad de tratamiento y de la manera más natural.

El resultado es una amplia variedad de vinos que mezclan en el paladar notas dulces y una gran intensidad, que se comercializan en finas y cuidadas botellas de pequeña capacidad para una mayor protección del producto. Así se presentaron en Vinoble, y causaron muy buena impresión.