La Auxiliadora, protagonista de la devoción de los colegios salesianos

Jerez no es Turín, lugar donde María Auxiliadora le dijo a San Juan Bosco que le hiciera un templo tras quedar instaurado el 24 de mayo como día de María Auxiliadora por el Papa Pio VII, tras prometer el Santo Padre a la Santísima Virgen que le dedicaría un día si lo libraba de la prisión del emperador Napoleón. Pero cada año se le parece más.

Porque la devoción a María Auxiliadora ha crecido en los últimos años considerablemente, gracias al trabajo de los salesianos y a la ilusión de los niños que pertenecen a esos colegios y ven que es posible formar una procesión en pleno mayo con todos los ingredientes de una procesión formal.

Pero no es sólo juventud lo que alimenta el espíritu de María Auxiliadora, sino el trabajo de numerosos ex alumnos y devotos en general que, empeñados en aumentar la devoción de María, no han cejado en el empeño de dar solemnidad a las numerosas procesiones que tienen lugar finalizando mayo.

En concreto, este fin de semana ha sido especialmente intenso, gracias a las procesiones que han salido de la calle Cabezas y del Oratorio Festivo, y la que salió a mediados de semana del Santuario ubicado en Icovesa, con Julián Cerdán tocando tras María Auxiliadora. Este completo programa mariano se completó con la salida el pasado viernes por la noche de María Auxiliadora de Monte Alto, bajo el mando del joven capataz Jaime Racero Vallés.

Celeste y azul, por tanto, para teñir las calles de la ciudad en honor de María en la advocación de la Auxiliadora, devoción mariana por excelencia de la ciudad.

Ponencia en San Miguel

Con la presencia de todos los hermanos mayores de la Madrugá y de más de cien hermanos de las seis hermandades que componen el día, don Ángel Romero Castellano pronunció una soberbia conferencia, en la que disertó sobre el espíritu de la Madrugá. Era intención de todas las hermandades reflexionar ante los numerosos problemas que surgen en la Noche de Jesús y que han llevado a algunas hermandades a pensarse seriamente abandonar este día para realizar su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, para evitar de esa manera el botellón y la falta de respeto.

Al término de la conferencia, que estuvo dividida en tres partes y que ahondó en el sentido de las procesiones desde el mismo Cenáculo hasta nuestros días, los cofrades asistentes se reunieron en un rato de intensa convivencia.