Hamas ofrece un gesto conciliador y retira a su Policía de las calles de Gaza

El ministro del Interior palestino, Said Siyam, ordenó ayer a los 3.000 agentes del cuerpo policial que a principios de mes creó el Gobierno de Hamas que dejen de patrullar por las calles de Gaza y se concentren en lugares determinados. Con esta decisión conciliadora los fundamentalistas tratan de reducir la tensión que se ha vivido en la Franja en las últimas semanas y que se ha traducido en enfrentamientos constantes con la policía leal a Al Fatah y en la muerte de una decena de personas y decenas de heridos.

Paralelamente, el primer ministro Ismail Hanniya, manifestó que Hamas no hará «concesiones políticas» sobre su programa bajo ninguna circunstancia, respondiendo por primera vez de manera oficial al presidente Mahmud Abbas (Abú Mazen), quien el jueves anunció que convocará un referéndum en el plazo de cincuenta días si Hamas no reconoce a Israel antes de diez días. «No vamos a hacer concesiones políticas. Incluso si nos asedian desde todas las direcciones, no deberían ni siquiera soñar que vayamos a hacer concesiones políticas», insistió Hanniya.

Posición clara

Con estas palabras el primer ministro deja claro cuál será su posición en el plebiscito que planea Abbas y que en realidad se va a convertir en un plebiscito sobre el propio dirigente y sobre su singladura al frente de la presidencia palestina.

La evacuación de la policía de Hamas de las calles de Gaza contribuirá, sin duda, a rebajar la tensión, pero en cualquier caso las próximas semanas serán bastante volátiles si se tiene en cuenta que los agentes y las milicias de Al Fatah seguirán patrullando con la soberbia habitual y no hay que descartar que se produzcan incidentes graves.

Hemos recibido órdenes para retirarnos de las calles y concentrarnos en ciertos lugares para estar listos y acudir adonde se produzca el caos», confirmó Yusef al-Zahhar, uno de los jefes del nuevo cuerpo, formado básicamente por milicianos de Hamas.

Está por ver la actitud que adopta el Gobierno fundamentalista en la campaña del referéndum, ya que podría utilizar el aislamiento a que le ha sometido la comunidad internacional para exacerbar el sentimiento nacionalista.