CÁDIZ

A fuerza de remedios de la abuela

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Las abuelas eran mano de santo. Sus remedios aliviaban más de un problema, como es el caso de las picaduras de los mosquitos donde indicaban que el agua fría, el hielo y el vinagre ayudaban a paliar el picor. Sin embargo, los tiempos avanzan y existen otras soluciones para acabar con estos hematófagos.

Desde hace dos semanas, las farmacias se encuentran cada día con más de un cliente solicitando un spray o repelente para conseguir que los mosquitos no les piquen; pero que no se pueden utilizar en niños menores de dos años. Su coste oscila entre seis y ocho euros.

Mientras que las cremas antiflamatorias, utilizadas después de la picadura, son compuestos de amoníaco que «tienen una efectividad limitada» para quitar molestias y evitar la picazón, reseñó ayer Juan Millán desde la Farmacia Alva, quien manifestó que «este año se está adelantando el aumento de la venta de estos productos».

Siempre queda recordar a los clientes que los repelentes se aplican al aire libre a partir del atardecer cada tres o cuatro horas. En el caso de fumigar la habitación con insecticida al anochecer. Además está el colocar en las ventanas de las casas redes o mallas.