Policías portan cajas con documentación relativa al caso. / EFE
ESPAÑA

Economía sabía de anomalías contables en Afinsa y Fórum Filatélico desde 1991

La «incoherencia» de los criterios financieros de estas empresas les permitió mantener oculto su «enorme déficit patrimonial»

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El Ministerio de Economía conocía desde 1991 algunas anomalías contables en los balances de Afinsa y Fórum Filatélico, que incurrían en ellas ex profeso para ocultar su «enorme déficit patrimonial», tal y como han concluido hasta el momento las investigaciones llevadas a cabo por la Fiscalía Anticorrupción y la Agencia Tributaria. La propia Hacienda sospecha, por otro lado, que Afinsa y su proveedor único de sellos hasta mediados de 2003, Francisco Guijarro, se pusieron de acuerdo para la supuesta falsificación y/o manipulación de decenas de miles de unidades.

Los investigadores del caso coinciden en que es muy complicado concretar cuándo se tuvieron los primeros indicios de las irregularidades descubiertas en las dos sociedades de inversión. Sólo parece claro que el verano pasado ya se disponía de informes suficientes (la mayoría obra de la propia Agencia Tributaria) que iban en esa línea, aunque el Ministerio Público aguardó hasta concluir sus pesquisas y tener amarrados a los responsables.

Pero antes de esa fecha ya se tuvieron los primeros avisos de que algo no iba bien en las cuentas de Fórum y Afinsa -en realidad, y dado que ambas operan de la misma forma desde hace más de 20 años, los investigadores piensan que los reproches administrativos pueden venir de lejos-. El 20 de septiembre de 1996, la Dirección General de Tributos del Ministerio de Economía y Hacienda le comunicó a la segunda de ellas que debía cambiar su método de anotar las operaciones, e incluir como «auténticos préstamos» las inversiones que recibía. En este caso, el interés de los créditos dados a la empresa por sus clientes consistiría en la alta rentabilidad prometida para sus depósitos.

Este tipo de advertencias comenzaron años antes, también por la vía de consultas hechas por las propias firmas afectadas. En julio de 1991, el Instituto de Contabilidad y Auditoría Contables (ICAC), también dependiente de Economía, establecía con claridad que «la adquisición de activos con pactos de retrocesión no opcional» -es decir, la compra de sellos vinculada a su posterior reventa a la empresa- es, a todas luces, una operación financiera de carácter prestatario. Pero estas directrices no fueron seguidas, ni tampoco las autoridades realizaron un seguimiento concienzudo sobre el asunto.

Consecuencia

La consecuencia, como afirman quince años después la Audiencia Nacional y la Fiscalía Anticorrupción, es que, «al no aplicar a la formulación de sus cuentas un criterio financiero coherente con la auténtica realidad económica de estas entidades, se oculta el enorme déficit patrimonial que representa la diferencia entre la suma de sus compromisos -no contabilizados oportunamente en el pasivo- y el valor comercial de la mercancía (las estampillas)». De hecho, la propia Agencia Tributaria ha constatado que su contabilidad era como la de cualquier comerciante minorista que vende sellos, cuando en realidad iban mucho más allá y asumían unos riesgos muy elevados.

Además del Ministerio de Economía, otros organismos públicos también han sabido de las peculiaridades de Afinsa y Fórum en los últimos años. Entre 2002 y 2003 la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) fue contactada en varias ocasiones por estas dos firmas para que aprobara sus folletos de inversiones, lo cual hubiera aumentado la aparente fiabilidad de sus productos. Pero el instituto supervisor se negó de forma repetida por carecer de un amparo normativo legal. En la primavera de 2002, la Comisión Europea también recibió varias quejas por la forma de operar de ambas empresas, pero no intervino al considerar el asunto de competencia nacional.