El beneficio de la duda en La Viña

La reacción de varios representantes vecinales, comerciales y sociales de La Viña al proyecto de Museo de Carnaval, obra de Rafael de Giles tras un concurso de ideas, resulta tan comprensible como cuestionable. Cualquier innovación transgresora en un entorno tan tradicional puede resultar chocante, pero tanto la fiesta como su barrio señero precisan de una cierta reactivación, algo de atrevimiento que se sume al que sólo se muestra en las letras cada febrero. Otras ciudades han mostrado que la mezcla de vanguardia y clasicismo es tolerable en la arquitectura de viejos barrios. Además, el entorno del futuro museo no tiene demasiado que perder en cuanto a belleza estética. Quizás se trata de atreverse un poco, de dar el beneficio de la duda. Mejor equivocarse que nunca hacer nada. Eso sí, bien planificado y con los equipamientos complementarios que reclaman los vecinos.