El presidente Bush, durante su intervención. / AP
MUNDO

Bush defiende el programa de escuchas sin autorización judicial

La Agencia de Seguridad estrecha el cerco con un listado de miles de llamadas

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Desde el 11 de septiembre de 2001 el miedo a nuevos ataques terroristas ha hecho que los estadounidenses hagan la vista gorda al espionaje de la Casa Blanca, convencidos de que sólo afecta a terroristas potenciales en el extranjero. Ayer, muchos despertaron a la realidad de que el círculo se ha estrechado tanto que ahora cualquier llamada de un ciudadano ordinario sin conexión alguna con Al-Qaida puede estar siendo estudiada por el Gobierno.

La noticia del USA Today obligó ayer al presidente George W. Bush a salir a la palestra para calmar a la población, y añade un nuevo capítulo al thriller político de las escuchas telefónicas que destapase The New York Times en diciembre. Asimismo, cierra el círculo sobre un hombre, el general Michael Hayden que puso en marcha el programa de escuchas internacionales desde la dirección de la Agencia de Seguridad Nacional, y que el lunes fue nominado para director de la CIA.

Aparentemente el proceso secreto se origina con llamadas de sospechosos de Al Qaeda a EE UU. A partir de ahí, el Gobierno busca saber con qué otras personas contactan los receptores de esa llamada, y con ello se inicia una cadena de espionaje que acaba involucrando a muchos ciudadanos ordinarios ajenos a cualquier sospecha. Con esta búsqueda masiva y a ciegas se intenta detectar patrones de llamadas a números de teléfonos que, en caso de repetirse, dan lugar a una petición de orden judicial para intervenirlo legalmente.

«¿Me van a decir que decenas de millones de estadounidenses están involucrados con Al Qaeda?», preguntó ayer indignado el senador Patrick Leahy en la audiencia del Comité Judicial del Congreso. Según USA Today, las compañías telefónicas involucradas -AT&T, Verizon y Bell South- sólo proporcionan los números que han sido marcados por cada eslabón de la cadena, pero el rotativo señala que para el Gobierno es muy fácil localizar los nombres y direcciones que les corresponden.

Puntualizaciones

En la breve aparición , Bush fue fue directo al grano. «Primero, nuestras actividades internacionales apuntan exclusivamente a Al Qaeda, que es nuestro enemigo y queremos saber cuáles son sus planes. Segundo, el Gobierno no escucha las llamadas domésticas sin una orden judicial. Tercero, las actividades de inteligencia que he autorizado son legales y se ha informado de ellas a los miembros del Congreso apropiados, tanto republicanos como demócratas. Cuarto, la intimidad de los estadounidenses ordinarios está protegida en todas nuestras actividades», enumeró. Congresistas del Comité de Inteligencia negaron haber recibido estos detalles, e incluso algunos cuestionaron la propia actuación de los legisladores por no resultar más incisivos.