CASCO ANTIGUO. Uno de los principales valores culturales de Arcos. / LA VOZ
Sierra

La Junta emite un informe favorable sobre el plan del conjunto histórico

La iniciativa cultural se pondrá en marcha el próximo verano

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El Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de Arcos de la Frontera es una inicitiva que comenzó a fraguarse hace ahora ocho años, en 1998, en la etapa del antiguo equipo de gobierno popular de la localidad.

En el verano de 2004 se comenzó a redactar el Plan de Protección por parte del equipo redactor, a instancias del actual gobierno, y posteriormente éste fue aprobado por el Pleno municipal en diciembre de 2005.

Unas condiciones que han sido bien acogidas por el equipo de gobierno, que en palabras del delegado de urbanismo y primer teniente alcalde, Joaquín Macías, «vendrán a mejorar, aun más, el proyecto inicial». Con ello el informe de Cultura dice textualmente que «el Plan se considera adecuado para la protección del conjunto histórico de Arcos de la Frontera y puede constituir el documento que exige el artículo 32, de la ley 16/85, para estos casos, pero se debe corregir incidencias detectadas como paso previo a su aprobación definitiva».

Estas correcciones deben hacerse en varios puntos del citado plan. De este modo, en el apartado de la memoria debe añadirse un índice articulado que ayude al manejo del documento; hay que establecer que las áreas de ordenación que no se definen con excesivo detalle en el PGOU, que se dejan para que se puedan plantear estudios de detalle, deben de contar con el beneplácito de la consejería para salir adelante y, por último, las zonas de laderas, como la de Caños Verde, Cristóbal Colón o Tras los Molinos, que cuentan con zonas verdes que conviven con las casas, deben de seguir siendo zonas verdes, sin descartar la posible construcción pero adaptándose a esta circunstancia.

Las correcciones a realizar deben continuar en el apartado de normativa y ordenanzas, exigiendo que las viviendas catalogadas no se puedan demoler, y las que no lo están necesitarían un informe de la propia consejería, siendo posible sólo obras de remodelación. Del mismo modo, las agregaciones y segregaciones de parcelas siempre necesitarán del citado informe. En el aspecto Arqueológico, las exigencias han sido muy grandes, sobre todo en las zonas con mayor riqueza. Además, se exigen planos de ordenación que contemplen las parcelas exentas de cautela arqueológica y las que hay que realizar los estudios oportunos. Con el Plan resuelto y en marcha, los ciudadanos no tendrán que acudir a Cultura, como hay que hacer aun hoy, para aprobar determinadas actuaciones de obras, por pequeñas que sean, sino que habrá que regirse por el Plan de Protección. Macías valoró que «el pueblo de Arcos debe de estar de enhorabuena».

La consejería de Cultura ha considerado bastante positivo el catálogo de edificaciones que presentaba el proyecto.