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La violencia religiosa obliga a dejar sus casas a 14.000 familias

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Unas 14.700 familias iraquíes se han visto obligadas a huir de sus hogares debido a la violencia, según informó ayer la ministra de Migración, Suhaila Abed Jaafar, quien aseguró que la cifra crece cada jornada. La política sostuvo que se necesita el esfuerzo de los militares para despejar las zonas controladas por insurgentes y extremistas antes de que estos ciudadanos logren ser convencidos de que pueden volver a sus viviendas.

«El problema de los desplazados requiere una operación militar para limpiar las áreas de amenazas terroristas», dijo Jaafar, después de reunirse con familias afectadas y con autoridades religiosas, entre ellas el gran ayatolá Alí al Sistani, en la ciudad sagrada chií de Nayaf. «La solución está en manos de los ministerios de Interior y de Defensa», afirmó Suhaila Abed Jaafar. Dijo asimismo que antes de la destrucción de un santuario sagrado en Samarra, «la cifra no superaba las decenas». «Pero, luego de esa catástrofe, subió drásticamente», aseguró.

Consultas

Irak continúa aún sin Gobierno casi cinco meses después de las elecciones. El primer ministro designado, Yawad al Maliki, continúa sus consultas para formar el Ejecutivo, que será el primero no provisional de la posguerra. Al Maliki mostró el sábado su esperanza en que mañana se complete la formación de su Gabinete, que tendrá entre sus miembros representantes de los diferentes grupos políticos del país, incluidos suníes, chiíes y kurdos.

Por otro lado, el Gobierno del Kurdistán iraquí, encabezado por Nayervan Barzani, obtuvo ayer la confianza de los miembros del Parlamento de esta región autónoma, compuesta por las provincias de Dohuk, Suleimaniya y Erbil.