ANIVERSARIO

El Pontificado de Benedicto XVI cumple hoy su primer año

Ratzinger ha dado prioridad a la unidad de los cristianos, ha reiterado su compromiso por la paz y ha acometido la reforma de la Curia

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El Pontificado de Benedicto XVI cumple hoy su primer año, tiempo en el que ha dado prioridad a la unidad de los cristianos, ha reiterado su compromiso por la paz y contra el terrorismo, ha publicado su primera encíclica, ha nombrado 15 cardenales y ha acometido la reforma de la Curia.

Ha sido un año "sin prisas, pero sin pausas", según un alto eclesiástico del Vaticano, que ha precisado que Benedicto XVI ha demostrado en estos doce meses que no es un Papa de transición, que conoce bien la Curia, camina con seguridad y toma decisiones con la misma seguridad, tras sopesarlas y siempre siguiendo lo marcado por el Concilio Vaticano II.

"Mi programa de gobierno no es hacer mi voluntad y no seguir mis propias ideas, sino ponerme junto con toda la Iglesia a escuchar la palabra y la voluntad del Señor y dejarme conducir por El", dijo Joseph Ratzinger en la homilía con la que comenzó su Papado.

Un Papa afable y cercano

Ha pasado ya un año y la imagen seria, distante y de hombre duro que se tenía de él por haber sido durante 24 años defensor de la ortodoxia de la fe católica ha dado paso a la de un Papa afectuoso, sonriente y cercano, que no duda en besar a niños, colocarse un tricornio de la Guardia Civil española o un casco de bombero, aunque en algunos momentos salga a relucir su natural timidez.

Sus colaboradores más cercanos aseguran que este es su verdadero carácter, que se ve con más frecuencia conforme avanza el pontificado, tal vez porque ya "controla" mejor y se siente más seguro.

Los fieles ya le han demostrado su cercanía. Según el Vaticano, en este año, entre audiencias públicas, particulares, celebraciones litúrgicas y ángelus ha encontrado a algo más de cuatro millones de personas, una cifra récord. Aunque en este año rara ha sido la vez que no ha recordado a Juan Pablo II, su estilo es diferente al de Karol Wojtyla.

Se ha visto con las beatificaciones. Recuperando la tradición, no las preside, delegando en un cardenal. Ello no es óbice para que al final de la ceremonia acuda a orar ante las reliquias del beato. Sí sigue presidiendo las canonizaciones.

Menos cardenales y escasos viajes

También se ha visto en su primer consistorio para la creación de cardenales, en el que nombró quince purpurados. Se limitó a los necesarios para mantener el número de cardenales electores en los 120 que establece la normativa vaticana.

Los consistorios de Juan Pablo II eran más numerosos y en algunos llegó a nombrar a más de 30 cardenales.

Asimismo ha ocurrido con lo viajes. En este año sólo ha viajado a Bari, en el sur de Italia, para clausurar el congreso eucarístico nacional, y a Colonia, en su Alemania natal, para presidir la Jornada Mundial de la Juventud, dos eventos a los que tenía previsto acudir Juan Pablo II.

Para los próximos meses sí tiene previsto viajar. En mayo a Polonia siguiendo las huellas de Karol Wojtyla; en julio a Valencia, en España, para el Encuentro Mundial de la Familia; en septiembre a Baviera (Alemania) y a finales de noviembre a Estambul, para abrazar al Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I.

Dios es amor

En este primer año publicó su primera encíclica Deus caritas est (Dios es amor), bien acogidas por todos los sectores de la Iglesia, en la que afirmó que el amor por excelencia es entre un hombre y una mujer, subrayó que la Iglesia no puede sustituir al estado a la hora de buscar la justicia y aseguró que el "sueño marxista se ha desvanecido".

Entre sus primeras decisiones sobre la Curia confirmó al secretario de estado, el cardenal Angelo Sodano, y nombró como su sustituto al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, al ya cardenal estadounidense William Levada.

Sobre la reforma de la Curia, unió el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes con el Consejo Pontificio Justicia y Paz y el Consejo Pontificio para la Cultura con el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.

No se descarta que unifique otros ministerios, con el objetivo es agilizar y simplificar la maquinaria administrativa de la Santa Sede.

En este año celebró un sínodo de obispos, en el que se pidió a los políticos que no apoyen leyes contrarias al derecho natural, al matrimonio y a la familia y en el que se reiteró el "no" a la comunión para los divorciados.

Benedicto XVI abrió los brazos a los seguidores del cismático arzobispo francés Lefebvre, pero de momento siguen sin reconocer el Vaticano II y separados de Roma.