Más de 300 kilómetros de vías pecuarias ya están deslindados

La ocupación de vías pecuarias es un problema endémico en Jerez cuya solución viene avanzando a diferente ritmo en los últimos tiempos, a expensas de los avatares políticos del Ayuntamiento y la Junta de Andalucía. Aprovechando la buena sintonía actual, ambas administraciones pretenden impulsar la normalización urbanística de las barriadas rurales asentadas sobre cañadas y la recuperación de estos caminos tradicionales como nuevos espacios naturales y de esparcimiento.

De momento, y siempre dentro del programa en desarrollo en todo el territorio gaditano, la Delegación Provincial de Medio Ambiente tiene bastante adelantado el estudio y clasificación de las vías pecuarias que transcurren por el término municipal.

En total, 61 veredas y cañadas atraviesan Jerez, y 35 de ellas están deslindadas o a la espera de la resolución oficial que cierra este proceso. Estas cifras significan que 315 kilómetros de los 560 kilómetros de vías pecuarias de la ciudad tienen perfectamente redefinidos sus límites, tras los trabajos realizados por los expertos de Medio Ambiente.

Sólo como ejemplos, desde este departamento autonómico se destacan especialmente los resultados obtenidos en la cañada real de Albadalejos o Cuartillos, que afecta a la barriada rural de este mismo nombre, en la cañada de Espera, que atraviesa Gibalbín, o el camino de las Tablas, en Nueva Jarilla.

No obstante, éste es el primer avance en un largo camino hasta lograr la recuperación de unos terrenos que son, por ley, de dominio y uso público, y también solventar el problema urbanístico y social que plantean las edificaciones sobre vías pecuarias.

Desde la Delegación Provincial de Medio Ambiente se insiste en que el caso jerezano es especialmente delicado porque prácticamente todas las barriadas rurales se asientan sobre cañadas o veredas, por lo que el siguiente paso, la desafectación de vías pecuarias, resulta muy importante.

En este sentido, la Junta de Andalucía tiene previsto suscribir en breve plazo un nuevo convenio de colaboración con el Ayuntamiento «para dar respuesta, siempre dentro de la legalidad, a los núcleos rurales».

Respecto a las soluciones que puedan plantearse para las viviendas, desde Medio Ambiente se explica que se estudiará caso por caso. De esta manera se determinará la posibilidad de establecer trazados alternativos en las vías pecuarias (manteniendo las construcciones) o la necesidad de proceder, de manera inevitable, a la eliminación de las edificaciones.

Desde la Delegación Provincial se advierte, además, que tras la desafectación de estos suelos de su carácter de dominio público, su titularidad continuará estando en manos de las administraciones, por lo que tendrá que abrirse una nueva negociación para que sus pobladores puedan obtener, previo pago, la titularidad de sus terrenos.

Sea como sea, desde el Ayuntamiento se confirma también que ya está redactado un primer borrador del convenio de cooperación que firmará con la Junta, y que seguramente será refrendado por la propia consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves. A la espera de que los servicios jurídicos de ambas administraciones concreten el documento que se rubricará, la idea es la creación de una oficina técnica conjunta que dirigirá todo el proceso de desafectación.