OPERACIÓN. Dinero, papelinas y droga intervenida en uno de los dispositivos. / ANTONIO VÁZQUEZ
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El fiscal pide hasta 16 años de cárcel para un clan familiar de narcos de Chiclana

El juicio oral, en el que hay 17 procesados, 16 de ellos con relaciones de parentesco, comenzará el próximo 17 de abril en la Audiencia Provincial Los acusados traficaban con cocaína procedente de Colombia

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Tras las jornadas de recogimiento vividas en la Audiencia Provincial de Cádiz durante esta Semana Santa, días en los que no ha existido practicamente actividad alguna; el próximo lunes, día 17 de abril, la Sección Primera comenzará un juicio oral contra 17 procesados por un presunto delito contra la Salud Pública. Por este delito, la fiscal, Ana Villagómez, pide penas para los procesados que oscilan entre los 16 y los 10 años de cárcel. Se trata de un clan familiar, denominado Los Macandeses, que se dedicaba a la adquisición y posterior distribución de sustancias estupefacientes, principalmente cocaína, fijando su centro de operaciones en Chiclana de la Frontera y ampliando su actividad a otras localidades gaditanas.

El informe del representante del Ministerio Fiscal, Ana Villagómez, al que tuvo acceso LA VOZ, considera que dicho clan estaría integrado, entre otros, por los siguientes miembros: el matrimonio formado por los acusados J. M. H. y T. I. N.; los hijos del matrimonio, B. I. M. y su marido D. N. H., A. I. M. y su pareja sentimental L. S. F., S. I. M. y su esposa P. M. L., J. I. M. y su mujer R. T. V.; R. I. M, suegra de J. I. M.; y F. M. M., sobrino de J. M. H.

Un dispositivo de vigilancia y seguimiento montado por el Cuerpo Nacional de Policía sirvió para confirmar las sospechas de que en el domicilio de los acusados se producía un gran trasiego de personas ajenas a la familia que resultaron ser compradores-consumidores de sustancias estupefacientes.

En las labores de abastecimiento de la droga, el principal proveedor de la familia es la acusada N. L. B. H., de nacionalidad colombiana, que se ocupaba de conseguir las sustancias estupefacientes, fundamentalmente en Madrid y una vez obtenidas, se ponía en contacto con el clan para acordar la cantidad de droga a bajar a Chiclana, así como el dinero que obtendría con ésta y las características del intercambio.

El día 22 de febrero de 2003, N. L. se desplaza a Chiclana desde Madrid utilizando, como medida de seguridad, transportes públicos (tren y taxi), y habiendo concertado previamente con otra persona, el acusado I. L. A., el transporte material de la droga por carretera, a cambio de 600 euros y el dinero para la gasolina del vehículo. Una vez en Chiclana, la joven colombiana se dirigió al domicilio de B. I. M., saliendo poco después ambas mujeres en un vehículo Peugeot 406 matrícula 3041 BFT, para dirigirse a un polígono industrial de la localidad donde les esperaba I. L. A. en un vehículo BMW matrícula MA-9602-BY que había utilizado para transportar la droga. Realizado el encuentro, los acusados se dirigieron en sus respectivos vehículos hacia uno de los domicilios del clan familiar situado en Camino de Melilla, donde les esperaba J. M. H. y su hijo, R. I. M., momento en el que fueron interceptados por los agentes de la Policía Nacional. En el registro de los vehículos, se encontraron siete paquetes de cocaína. La droga confiscada tenía un peso de 6,994 kilogramos y su valor en el mercado habría ascendido a 229.797,74 euros.

Registros domiciliarios

Además, en otros registros practicados en los domicilios de los acusados, los agentes intervinieron diversos efectos, destacando: una escopeta, una catana, joyas, dinero, una báscula de precisión, bolsas de marihuana y cocaína y trozos de hachís. La cantidad total del dinero intervenido en los registros ascendió a 34.530 euros.