CHALÉ. Imagen de la vivienda de Arcos del ex jefe de la Policía Local de Ubrique, Carlos Carretero.
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Entre el estupor y el silencio

Los vecinos de la lujosa urbanización de Arcos donde vive uno de los principales implicados no salen de su asombro

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Cuando aparecieron los primeros datos sobre la trama de las facturas falsas, encuadrada en el marco de la Operación Halcón, las primeras informaciones apuntaban a que las actuaciones se habían llevado a cabo en Jerez, Ronda, Ubrique y Arcos. Posteriormente, se confirmó que había tres detenidos y ninguno de ellos de Arcos. Esto llevó al pueblo a preguntarse cuál era la relación de la localidad con el suceso. La solución apareció pronto. Carlos Carretero, ex jefe de la Policía Local de Ubrique, uno de los principales implicados en la trama vivía en el barrio arcense de El Santiscal. Esta urbanización se caracteriza por sus lujosos chalés y sus precios desorbitados.

Los vecinos de la zona donde vive Carretero comentaron ayer a LA VOZ que no tenían una relación directa con el detenido, pero coinciden en advertir que es «un hombre respetuoso y correcto en el trato».

Cuando la trama ha seguido ampliándose y se ha conocido que está vinculada con la de las pensiones de invalidez falsas (Operación Karlos), los arcenses han reaccionado con estupor. Por la zona no son muy comunes los grandes escándalos y quizás eso lleve a los vecinos a ser bastante cautelosos en cuanto a sus comentarios.

Una vez que se ha conocido que las facturas falsas no sólo eran propias del sector marroquinero de Ubrique, rápidamente se ha desatado la rumorología de la calle apuntando directamente a que probablemente haya alguna inmobiliaria o promotora en la zona que podría estar implicada en el fraude. Son muchos los que dicen conocer a alguien que probablemente pueda estar relacionado con Carretero, pero también son muchas las personas que no se aventuran ni a dar un nombre ni a apuntar a nadie directamente. La gente tiene miedo y se acogen a la ley del silencio.

El caso de las bajas por invalidez parece no haber calado muy hondo en la zona, tal vez porque ya ha sido eclipsado por las facturas falsas, o tal vez porque los posibles implicados podrían ser particulares y no empresas. Los que se atreven a comentar a la prensa señalan «que este tipo de actuaciones nos perjudican a todos y hay que dejar actuar tranquilamente a la justicia». La palabra que más se repite es la de «indignación» y el comentario más sonado guarda relación con las pensiones falsas «... y es que muchos tendrán una paga sin merecerlo y quien la necesita, no la tiene».