Jerez

Misericordia, La Estrella, Angustias y La Paz deslumbraron a los jerezanos

La meteorología respetó durante toda la jornada un Domingo de Ramos que anticipó el fervor que rodeará toda la Semana de Pasión 2006 en Jerez con miles de ciudadanos en las calles

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Cristo Rey hizo su Entrada Triunfal en el rojo palco de la Carrera Oficial escoltado por el chiquillerío lasaliano portando palmas y olivo y anunciando la llega de Nuestra Señora de la Estrella.

Fue una grata noticia. Y es que la metereología ha traído de cabeza a los cofrades jerezanos en el último lustro, pero ayer, a pesar de que el cielo estaba cubierto por nubes altas, lució el sol durante toda la mañana y buena parte de la tarde e hizo el calor esperado y que durante otros años se convirtió en agua a esta hora tan especial del Domingo de Ramos ahogando las esperanzas de realizar una estación de penitencia con total normalidad.

Fue la cofradía de La Borriquita la primera en abrir la Semana Grande, la Semana de Pasión según Jerez en este Domingo de Ramos, que tal y como dice el refranero popular: «quien no estrena no tiene manos». En la España de la postguerra los niños los puños de la camisa, las niñas el lazo en el pelo.

Con puntualidad británica, la Cruz de Guía de la Hermandad de la Escuela de San José, precedida por cuatro bocinas, llegó al palquillo de calle Sevilla ante un Jerez volcado con sus cofradías y embelesado por el aroma del incienso y el azahar que justifican la primavera.

Con paso firme, Cristo Rey y la Estrella tomaron la Carrera Oficial hacia el templo catedralicio a la órdenes de Florián Utrera Chacón y Jesús Linares, y acompañados por la banda de cornetas y tambores del Santísimo Cristo de la Caridad -Santa Marta- en el Misterio, y la sevillana Banda Municipal de Música de Guillena en el Palio.

De estreno en la calle, tres banderines de los colegios lasalianos, el de San José, del Mundo Nuevo y de la Salle del Buen Pastor realizados por Ildefonso Jiménez y astas de Ildefonso Oñate. La Borriquita es todo un clamor de juventud cofradiera.

Un detalle a resaltar en cada Domingo de Ramos es la composición del cortejo de la cofradía. El cortejo del Misterio lo componen los más jóvenes, la mayoría alumnos del Colegio de San José, portando palmas. En el Palio, tras el Simpecado, portan cirios blancos, y en el último tramo, cercanos a las andas de la Estrella, los más veteranos, que portan cirios azules.

Sonó Estrella Sublime de mano de los integrantes de la Banda Municipal de Guillena y se lanzaron cientos de pétalos a la salida de la Virgen de la Estrella por la puerta de la Escuela de San José, a espaldas de San Marcos, portando en su pecho la medalla que los antiguos alumnos de La Salle le ofrendaron. El Palio, exornado con rosas blancas y azahar.

El misterio

Por su parte el Misterio optó por llevar claveles rojos, no en demasía y a ras, para no ocultar el conjunto escultórico ni la talla del paso, de estilo barroco, que realizó en su día José Ovando Martínez.

Hoy en día, la actual distribución de dicho conjunto escultórico permite disfrutar de una mejor vista de la talla de Tomás Chaveli sobre la pollina. Siendo la Hermandad de la Estrella la primera en pasar por la Carrera Oficial, es imprescindible que se cumplan los horarios que se comprueban en los palcos de Toma de Hora. Con la llegada de la noche todas las cofradías ya había pasado por el palquillo de calle Sevilla a la hora prevista en los itinerarios.

Antes era ineludible acudir al barrio de la Albarizuela a media tarde del Domingo de Ramos a presenciar la puesta en escena cofradiera de la Coronación de Espinas y María Santísima de la Paz en su Mayor Aflicción. Hay que utilizar los codos en Gaspar Fernández y Bizcocheros, pero es uno de los mayores momentos de destreza costalera en la ciudad. La amplitud de las andas del Misterio y la demasía altura del palio hicieron casi imposible su entrada por estas calles tan cofradieras.

Jesús del Consuelo

Uno de los momentos más solemnes que se vivió en esta primera jornada de la Semana Mayor la protagonizó el paso de Nuestro Padre Jesús del Consuelo cuando llegó a la altura de la Rotonda de los Casinos.

Allí se topó de bruces, en sentido contrario -calle Honda- con la cofradía de las Angustias, la cual procesionaba de rigurosa penitencia por el mismísimo corazón de la ciudad de Jerez.

En esos momentos los integrantes de la Banda de Cornetas y Tambores del Rosario de Brenes tocaron la caja con los palillos y no la piel de tambor en señal de respeto para no alterar el sentido recogimiento de la Venerable Hermandad de las Angustias que iba acompañada musicalmente en ese momento por las voces de la escolanía del Oratorio Festivo.