Vera-Cruz. /L.V.
CÁDIZ

El nuevo paso de la Vera-Cruz se recogió dos días después

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Corría la década de los 90. La hermandad de la Vera-Cruz estrenaba un nuevo paso tallado en los talleres sevillanos de Antonio Martín. Nada más salir se comprobó que era una auténtica joya. La lluvia sorprendió a la cofradía en plena calle. El paso y todo el cortejo procesional quedó refugiado en la Catedral. Dos días después regresaba a su templo recorriendo el mismo itinerario del Lunes Santo, pero en sentido inverso.