MAJESTUOSO. El paso de misterio de la Sagrada Cena se dirige a Compás de Santo de Domingo tras salir de su iglesia conventual. / ÓSCAR CHAMORRO
CÁDIZ

Santa María recibe la Semana Santa con gran sentir cofrade

Multitud de gaditanos esperaban desde muy temprano la salida de esta joven y entusiasta hermandad, la segunda en hacer estación de penitencia en la Catedral

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Desde una hora antes a su salida procesional, ya se acumulaban numerosos cofrades gaditanos en los alrededores de la Iglesia de Santo Domingo. Dentro de la misma y más concretamente en el claustro del convento, se notaban los nervios previos al momento más esperado de todo el año para los hermanos de la Sagrada Cena. Muchos jóvenes penitentes veían como pasaban los minutos en una tarde en principio soleada, pero que poco a poco se fue oscureciendo, hecho que no desanimaba a ninguno de los presentes. Uno de los cargadores, Pablo, que a pesar de llevar cinco años cargando, este 2006 debuta con la cuadrilla de la cofradía afirmaba «creo que como está el día, no lloverá» eso sí, sin poder ocultar su nerviosismo.

Ya en los momentos previos a la salida del paso de Nuestro Padre Jesús del Milagro en la Sagrada Cena, el hermano Mayor de la corporación, José María Caro señalaba que todo iba desarrollándose con tranquilidad y destacaba los 180 penitentes que procesionarían por la calles de Cádiz, como decíamos la mayoría de ellos de muy corta edad. Ante la pregunta, que muchos cofrades se hacen de ver en las calles gaditanas a una Dolorosa Caro afirmaba que «todos estamos deseosos que llegue el momento, hay muchas ganas, pero no hay prisa, estas cosas hay que hacerlas con buen pie».

Una de las sorpresas en el Claustro de Santo Domingo fue la visita del hermano mayor de la Archicofradía de Columna, Juan Laluz, que a pesar de no procesionar en representación de su hermandad, no quiso dejar de saludar a la hermandad de la Sagrada Cena, así como a su hermano mayor José María Caro. Laluz nos comentaba que «también he venido en agradecimiento al apoyo mostrado por esta hermandad, como por otras muchas, por los problemas que hemos tenido este año y que todos conocéis», en clara referencia a la problemática suscitada en torno al traslado del Resucitado a la Catedral, desde la parroquia de San Antonio. Quien si estaba previsto que procesionaran ayer por la tarde junto a los hermanos de la Sagrada Cena, fueron los representantes de la cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de la Esperanza, que además comparten sede canónica en Santo Domingo.

Veinte minutos faltaban para las siete de la tarde cuando el cuerpo de acólitos entraba en la Iglesia, minutos antes lo habían hecho los penitentes, que esperaban sentados las palabras del párroco Fray Pascual Saturio Medina, el cual recordó los momentos que se iban a vivir ayer por la tarde, y que siglos atrás ya «los primeros cristianos tenían costumbre de hacer. Realizar estación de penitencia para pedir perdón por los pecados».

Con máxima puntualidad se abrían las puertas de Santo Domingo, saliendo la cruz de guía y los primeros penitentes, a la vez que se hacía replicar las campanas del Convento. Mientras tanto, todavía en el interior los cargadores escuchaban las palabras de aliento del capataz Juan Antonio Gomila, el cual con anterioridad nos había señalado que la primera levantá iba dedicada a la madre de uno de los cargadores que había fallecido. «He sido cargador muchos años y se lo que se pasa ahí, llevarlo en el corazón y luchad por él», eran algunas de las recomendaciones que Gomila hacía a su cuadrilla, la cual carga con uno de los pasos más pesados de la Semana Santa gaditana.

Momentos complicados

Arrastrando los pies y bajo la voz del capataz que pedía que no se meciera tanto el paso, comenzaba la salida del mismo, que fue un tanto dificultosa, viviéndose momentos complicados, e incluso dando algunos golpes el lateral derecho del paso con la puerta de la iglesia. Poco a poco la cuadrilla que dirige Juan Antonio Gomila consigue salir, produciéndose un estallido de aplausos de los vecinos de Santa María, a la vez que se escuchan los sones del himno nacional que ejecuta la Agrupación musical Maestro Jácome.

A escasos metros de la puerta el paso hace su primera parada, que es aprovechada por varios gaditanos que entonan algunas saetas. Una de ellas inconclusa debido a la emoción, suponemos que de ver un año más a Nuestro Padre Jesús del Milagro de la Sagrada Cena. Tras una lucida levantá, suena Cáliz de salvación, donde la cuadrilla mece con gusto el pesado paso. Al son de Jesús de Salud continúa la procesión hacia Sopranis, para después coger dirección Catedral donde haría su estación de penitencia.

Al cierre de esta edición, el cortejo y su majestuoso paso transitaban por la carrera oficial, camino de su recogida en Santo Domingo ya de madrugada.