Hacían falta cuatro triunfos... y se lograron

Una buena muestra de que el Cádiz de ahora no puede arrojar la cuchara. El equipo de Espárrago se ha fijado la permanencia en cuatro victorias en los próximos ocho partidos. Aquel conjunto de la 89-90, ya con Colin Addison y Ramón Blanco en el banquillo, tenía que hacer el póker, pero en sólo cuatro encuentros. Tenía que ganarlo prácticamente todo... y lo logró. El espíritu de Irigoyen se mantuvo vivo en todo momento en el alma de unos canteranos que lo dieron todo para quedarse en Primera. Vidal, con las dos permanencias anteriores, se ganaba la confianza de Irigoyen. Sin embargo, el enfrentamiento del técnico gallego con el genial Mágico González le costó el puesto cuando el equipo empezó a caer en picado. El presidente cadista no quería a una afición dividida, que declinaba todo su cariño hacia el mago y enrarecía el ambiente cuando el salvadoreño desaparecía del once. De esta manera, cortó la cuerda por el lado de Vidal y sentó en el banquillo al inglés Colin Addison, que guiado por la mano de Ramón Blanco lograría la proeza. Los amarillos ganaron todos sus compromisos por 1-0 ante Rayo, Real Sociedad (de nuevo en la penúltima jornada), Tenerife y Celta.