TEMAS DEL DÍA

La petición de adopciones internacionales se triplica en los últimos tres años en la provincia

El tiempo de espera supera los ocho años si los padres quieren un niño español y oscila entre uno y cinco si procede de un país extranjero Cádiz es la tercera provincia en la Comunidad Autónoma andaluza en el nivel de demanda con 179 solicitudes formuladas el pasado año

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Querer es poder. Una frase que resume la perseverancia y el coraje de decenas de parejas que luchan día a día por realizar y cumplir un sueño: ser padres. Muchos de ellos acuden a la adopción a través de dos cauces, ya sea por la vía nacional o bien, por la internacional. Según los recientes datos recogidos por la Consejería de Bienestar Social, se desprende que la demanda de adopción internacional se ha triplicado en los últimos tres años en Cádiz al pasar de 49 expedientes en 2002, a 179 en 2005. Además, en el año pasado 108 menores llegaron a la provincia gaditana haciendo realidad los sueños de las parejas que habían solicitado convertirse en sus padres.

En cuanto al movimiento de adopciones en el resto de la Comunidad Autónoma, en 2005 las peticiones se dispararon hasta llegar a los 1.075 expedientes, 270 y 727 más que en 2004 y 2003, respectivamente. Cifras que corroboran, por provincias, que Cádiz es una de las que más demanda niños extranjeros al ser la tercera, sólo superada por las dos zonas más pobladas de Andalucía. Málaga es la provincia con más peticiones de adopción realizadas con 235, seguida de Sevilla con 209. En esta misma estadística se observa que Huelva ocupa la última posición con 56 expedientes de solicitud.

A pesar del aumento de la demanda de menores procedentes de otros países, la tendencia en las adopciones nacionales no es la misma porque «es más lento el proceso». Algo que en opinión de la secretaria de la Asociación de Familias Adoptantes en Andalucía (AFAN), María Jesús Pérez Linares, tiene su explicación en «la mayor agilidad de los trámites en otros estados»; mientras que en España las peticiones «están paralizadas o se mueven a cuenta gotas».

Aún esperando

Para muestra, un botón. «En el año 97 eché la solicitud para poder adoptar un niño de otro país y también recurrí a la vía nacional. Conseguí a mi hijo en el año 2000 en Rusia. En 2004 me llamaron para ver si era apta o no en los trámites que había solicitado en España y aún estoy esperando», apunta.

En la actualidad, las parejas interesadas en un niño que no haya nacido en suelo español deben esperar, según el país de procedencia, de un año a cinco años, mientras que en las adopciones nacionales la demora es mayor, superando incluso «los ocho años».

La barrera de la custodia

Además, hay un aspecto que hace dudar a muchas familias a la hora de buscar un pequeño en España. El problema está en «la no renuncia de los padres biológicos a la custodia -subraya María Jesús Pérez-, que influye en que haya una menor demanda de expedientes de adopciones nacionales». Por eso, la vía internacional compensa «la ausencia de tutelas en poder de la Junta, que den cobertura a la demanda existente», apostilla.

Cuando una familia decide adoptar por la vía internacional acude a Bienestar Social para presentar la solicitud. Entre los primeros trámites que deben completar está el estudio psicosocial de la familia que realiza un profesional designado por los Colegios de Psicólogos y Trabajadores Sociales. Este estudio culmina en una valoración, que es determinante para que el solicitante sea admitido o no.

Pero antes de llegar a ese dictamen final, hay un proceso previo. Todo comienza con una sesión informativa en la Delegación Provincial de Bienestar Social. Acto seguido, los aspirantes rellenan la solicitud para más tarde realizar un curso de formación impartido por psicólogos y trabajadores sociales de la Asociación Llar, que es una organización colaboradora de la Junta.

Cuando los aspirantes obtienen el visto bueno en cada una de las fases y la Consejería que fiscaliza las adopciones emite el certificado de idoneidad, las familias pueden elegir quién les va a dirigir el proceso último en el extranjero, que culmina con la entrega del menor. Así, pueden optar entre Bienestar Social y las Entidades Colaboradoras de Adopción Internacional (ECAI). Esta elección está supeditada a que el país de origen del niño menor permita la intervención de dichas organizaciones.

«Son entidades sin ánimo de lucro y acreditadas por la Junta para informar y asesorar, tramitar el expediente y gestionar las adopciones en el país del menor», explica Fernando Martos, el responsable de una de estas asociaciones, de nombre Adecop y ubicada en Sevilla.

Ahora bien, según los expertos consultados, las posibilidades de que las familias tengan un bebé sano son más grandes «en España». Por eso, muchos recurren a la adopción nacional, aunque tengan que mentalizarse antes de que se enfrentan a «una carrera de fondo en la que los nervios deben estar templados», explica María Jesús Pérez, para quien la sonrisa de su niño compensa los malos tragos.

El pasado año, 647 menores extranjeros fueron adoptados en Andalucía, frente a los 811 en 2004. Este descenso se debe, fundamentalmente, a la paralización durante unos meses de los trámites de adopción en Ucrania y Rusia. Esto provocó que bajaran las peticiones de menores procedentes de este último país, y pasaron de 272 asignaciones en 2004 a 170 en 2005.

Desde 1993 se han tramitado en la Comunidad más de 5.500 expedientes, que han dado lugar a más de 3.000 adopciones de menores procedentes del extranjero. La vía internacional está regulada a través de convenios intergubernamentales, que velan por la protección de los niños originarios de países que se encuentran en circunstancias sociales y económicas adversas.