Vecinos del Río San Pedro denuncian deficiencias en los servicios de la barriada

La carencia de infraestructuras y servicios sigue siendo una de las mayores rémoras en la barriada del Río San Pedro. A pesar de esta situación, su representante vecinal Emilio Laínez reconoció que desde el Ayuntamiento se han comenzado a tomar medidas para revertir esta situación.

Uno de los mayores inconvenientes se refiere a los problemas de tráfico y la circulación de vehículos en la barriada. Laínez se quejó del mal estado de la carretera de acceso a Cádiz, «llena de socavones y boquetes» y que pese a haber solicitado su arreglo «nadie asume la responsabilidad». Por este motivo desde la directiva vecinal no se descarta un próximo corte de carreteras.

Además criticó el mal estado de las señales de tráfico, aspecto en el que incidió en que la mayoría «están por los suelos», y que los «pasos de cebra no se ven». A esto hay que añadir los problemas de circulación en la calle Proa, lugar donde los sábados se coloca el tradicional Piojito, lo que provoca que los vecinos de esa calle «para ir a sus casas vayan en dirección prohibida», ya que sólo existe un carril de entrada. En este sentido Laínez se reunió en noviembre con los representantes municipales para realizar un estudio para cambiar el sentido de la circulación «del que aún no sabemos nada».

La iluminación en el barrio es otra fuente de críticas. El representante vecinal comentó que el alumbrado es «tenue», proveniente de luces «amarillas muy flojas», que provocan una escasa visibilidad al atardecer. Ante esta situación, Laínez se puso en contacto con el alcalde José Antonio Barroso, quien le comunicó que si pusiera la luz más fuerte sería «denunciado por contaminación lumínica».

El futuro de los jóvenes es otro motivo de preocupación. La concentración de menores menudeando con drogas en plena vía pública ha sido varias veces denunciada por los vecinos, aunque la respuesta policial «no es del todo adecuada». En estos momentos, matizó Láinez, hay una investigación policial en curso «que no es la solución, ya que puede demorarse uno o dos años».

El representante vecinal censuró además la poca disponibilidad de actividades deportivas en el barrio motivadas por su ubicación geográfica. Laínez declaró que, junto a Federico Paz, concejal de Deportes, había mantenido varias reuniones para que las escuelas deportivas acudiesen al barrio. La petición fue rechazada por los responsables de las escuelas al considerar que el coste de desplazar a los monitores al Río se dispararía, por lo que el desplazamiento hacia la localidad corre por cuenta de los padres, «un perjucio» en relación a otros niños de la ciudad.